Un hombre quiere adoptar un pit bull de la perrera pero él se niega a abandonar a su mejor amigo
Ser amigos no quiere decir solo divertirse juntos, sino también, y sobre todo, respaldarse en la dificultad. De hecho, frente a los desafíos de la vida, se entiende la diferencia entre tener un amigo verdadero y tener un simple conocido y esto vale ya sea para los hombres que para los animales. Lo demuestra la historia de Taco y Merrill, dos perros muy diferentes entre ellos que se han encontrado viviendo en el mismo recinto dentro del refugio Rocket Dog Rescue Center.
Llegados a pocos días de distancia, los dos han demostrado de inmediato una cierta afinidad, al punto de empujar a los voluntarios dejarlos vivir juntos no obstante la diferencia de dimensiones: Merrill de hecho es un mix de pit bull, mientras Taco un mix de chihuahua. Los dos han comenzado haciéndose compañía, luego han comenzado a compartir la comida y luego poco tiempo después...se volvieron inseparables.
Sin embargo, como hemos dicho, la verdadera amistad se ve en la dificultad. Transcurridos algunos días el pequeño Taco ha comenzado a dar signos de cansancio y depresión, pero su estado de salud era impecable. Fue así que los voluntarios entendieron que no se trataba de él, sino de su amigo: llevando a Merrill al veterinario, descubrieron que tenía necesidad de una urgente operación.
Did You Know/YouTube Screenshot
Fue casi imposible tener a los dos perros distanciados incluso durante el transcurso de la hospitalización en la clínica veterinaria: porque lloraban desesperadamente apenas eran separados, por ello se decide de hacerlos mantener unidos por todo el tiempo posible, de hecho en los instantes antes de la anestesia. La operación fue un suceso y los dos amigos volvieron al refugio.
Pero los desafíos no habían terminado: un día llegó a la estructura un hombre con la intención de adoptar un perro. Óptima noticia, pensarán ustedes, si no fuera por el hecho que querían solo uno y que se enamoró perdidademente de Merrill. Cuando los voluntarios abrieron el recinto para llevarse al dulcísimo pit bull, de hecho él no quería saber nada. Se aferraba con las uñas para no ser arrastrado afuera y al final hace el gesto de agarrar a Taco bajo la pata. ¡Era evidente que solo no habría ido a ninguna parte!
El hombre que había asistido a la entera escena, no tuvo ninguna duda sobre que cosa hacer: decide de inmediato que habría adoptado ambos.
Did You Know?/YouTube Screenshot
Y es así que la historia de Merrill y Taco ha tenido un bellísimo final feliz: los dos han continuado a vivir uno entre los brazos del otro, o mejor las patas del otro...pero rodeados del amor de un humano amoroso y de una casa decididamente más cálida que la de un recinto.
