Aprender a ignorar a las personas malas hace bien al alma y nos mejora la vida
No lo creerán, pero no pensar en absoluto en las personas malas, cínicas y mezquinas que hemos encontrado en el curso de nuestra vida, nos mejora la vida. Aprender el arte de ignorar las mentes malvadas no siempre funciona sobre todas las personas, pero más nos metemos en la cabeza una vez por todas, que es necesario continuar a proseguir sobre el propio camino sin demasiadas distracciones para continuar a ser felices, más mejoraremos. Es por esto.
via Psychology Today
Mucho del estrés provocado en la vida y de las tareas de todos los días es dado por las preocupaciones inútiles a la cual estamos acostumbrados a ser bombardeados cada simple momento de nuestro día. El desafío que debemos acoger es aquel de saber crear una verdadera y propia jerarquía de las preocupaciones y aprender el sutil arte del saber ignorar a las malas personas que conocemos en el camino de nuestra vida.
Aquellas que no hacen otra cosa que hablar a nuestras espaldas, que son envidiosas de nuestros éxitos y de nuestro estilo de vida o que simplemente no demuestran ni siquiera una chispa de gentileza no obstante nosotros no hagamos que tenderles una mano en símbolo de ayuda; todas estas personas no hacen otra cosa que hacer nuestra vida vacía y totalmente negativa.
En el momento en que comenzamos a decir más "no" a esta tipología de individuos (que sean parientes, personas allegadas o colegas de trabajo) y más "si" a nosotros mismos, la calidad de nuestra vida comienza a cambiar radicalmente...para mejor. Si es también cierto que se nos ha enseñado que ignorar puede ser síntoma de mala educación y poco respeto, el camino nos enseña sin embargo que muy a menudo, en la edad adulta, puede ser signo de amor propio e indica respeto sobre todo hacia uno mismo.
La necesidad absoluta es aquella de poner en primer lugar nuestra salud mental en perjuicio de aquellas personas que no tienen otra cosa que sabotearla. ¡Pensar en nosotros mismos en primer lugar nos puede salvar la vida!
