Cada día, esta maestra camina durante 2 horas y atraviesa 5 ríos para llegar a la escuela donde enseña
¿Cuánto influye en vuestra vida cotidiana la distancia al trabajo? ¿Quizás cuantos de ustedes son viajeros y deben, cada mañana, emprender un viaje de una, dos o más horas para llegar al lugar de trabajo?. En la vida, sin embargo, se deben incluso hacer sacrificios. Si luego se tiene la suerte de hacer el trabajo de los propios sueños, entonces se está más motivado aún. Elizabeth Miranda vive en las Filipinas y es una maestra de primaria que, cada día, para llegar a la escuela, emplea dos horas de camino y como si no fuera suficiente, está obligada a atravesar 5 ríos. Un sacrificio enorme que la mujer realiza voluntariamente cada día con tal de instruir a los niños de la propia comunidad.
No obstante sus enormes esfuerzos para llegar cada día a la escuela, esta maestra de primaria está confiada y cree que todos sus sacrificios son recompensados por el hecho que "sus" niños están aprendiendo algo. La instrucción es fundamental para salir del estado de pobreza donde tantas comunidades se encuentran y Miranda espera justo que su historia pueda llevar un aire de cambio en el interior de su comunidad.
Miranda es la única maestra dispuesta a llegar a los niños que viven en Sitio Barogante, en la Provincia de Mindoro Occidental, por cuanto la zona es extremadamente lejana.
Su viaje, durante el cual atraviesa también 5 ríos, dura un total de casi 3 horas. Cada mañana. Y mientras algunos ríos son fáciles de atravesarlos, otros de hecho no lo son y la mujer necesita ayuda de otras personas. Para atraversar algunos ríos, la maestra debe utilizar los conocidos "salvavidas" pequeños asientos en goma que le facilitan el recorrido.
La escuela en donde enseña Miranda, obviamente, no es una escuela con todo el confort, como pueden serlo aquellas occidentales, pero un pequeño edificio en donde los niños que se reúnen no tienen siquiera qué comer más de una vez. No obstante estas faltas importantes, los niños están contentísimos de ir a la escuela y Miranda está muy motivada en continuar su misión.
Hay días en donde la moral está baja y la mujer está tentada de renunciar a todo, pero cada vez que ve la alegría en los ojos de sus niños, sus esperanzas por el futuro se vuelven a encender.
Con su misión, la mujer está buscando de poner bajo los reflectores su historia y las condiciones de pobreza en la que acuden los niños de Sitio Barogante con la esperanza que el Gobierno construya puentes y quizás, una escuela mejor y mas segura para todos.
Una historia que da testimonio el gran coraje y la determinación.
