Después de la desaparición de su mejor amigo, este perro duerme incluso dejándoles espacio sobre el almohadón
Cuando se dice que nuestros animales domésticos son todo y para todos los miembros de la familia, en grado de probar y compartir sensaciones y sentimientos propios como nosotros, no se exagera.
Cualquiera que tiene o ha tenido la suerte de tener a su lado un amigo de cuatro patas lo sabe bien: la empatía que se genera entre los hombres y estas pequeñas criaturas, así como entre ellos, nos dice de verdad mucho sobre cuánto es hermoso y edificante compartirlos todos los días.
Los sentimientos que logran expresar perros y gatos valen a menudo más de mil palabras. Lo demuestra a la perfección la imagen que estamos por mostrarles, que nos cuenta una historia de verdad conmovedora sobre dos perritos ¡que serán por siempre inseparables.
via Mirror
Harry, de 9 años y George de 15 años, eran una pareja canina de verdad afianzada. Dos amigos que la joven de 19 años británica Caitlin Wynne ha tenido la suerte de tener consigo en la casa por mucho tiempo.
Hemos escrito que los dos "eran" una pareja porque lamentablemente George, a la edad de 15 años, se ha enfermado gravemente de insuficiencia renal y su familia ha sido obligada a sacrificarla. Inútil decir que la pérdida ha sido una tragedia que Harry no ha logrado digerir facilmente. Los dos perritos, de hecho son todo para todos que los han criado juntos: han jugado, comido y obviamente dormido siempre lado a lado.
Así, en el momento en que George había muerto, para Harry ha sido difícil transcurrir días normales, justo como sucede a un ser humano cuando pierde una persona querida. Luego de la primera noche de insomnio, transcurrida llorando de aquí para allá por la casa, por dos semanas el perrito prácticamente se ha negado de comer y socializar y ha estado triste con la cola baja.
A distancia de más de un año de la muerte de George, si bien el humor de Harry decididamente haya mejorado, la falta de su amigo fraterno se hace todavía sentir, vivo y presente. Tanto que el pequeño duerme sobre el piso junto al almohadón donde dormía George, dejando el lugar de su amigo vacío, con la esperanza que quizás un día volverá.
Harry apoya la cabeza justo donde la ponía antes, cuando se acurrucaba feliz al lado de su compañero. Para él, parece justamente que nada ha cambiado y quizás es propio la esperanza de poder volverse a ver y volver a jugar con su mejor amigo que lo empuja a ir adelante.
Caitlin, asistiendo a esta escena cada día, ha decidido que quería compartir su emoción con la web, despertando miles de comentarios y reacciones emocionantes de los usuarios. Y no es difícil comprender el porqué. No sirven palabras, discursos o quizás cualquier reflexión: los perros saben expresar sus sensaciones en un modo que a veces deja de verdad sin palabras.