Tira en el cesto el nuevo estuche pero la mamá la castiga dándole una bolsa de plástico como portalápices
Los niños de hoy están acostumbrados a recibir tantos regalos y juguetes que, a menudo, dan por obvio cuanto son afortunados. Si los mismos padres continúan a malcriar a los propios hijos sin alguna reserva, difícilmente estos últimos crecerán con una buena actitud. Es claro que cada padre quiere hacer feliz a los propios hijos, satisfaciendo siempre sus pedidos: ninguno tiene ganas de ver a su hijo llorar o entristecerse. Por esto y también un poco por agotamiento, se termina a menudo por alegrar a ojos cerrados los caprichos más disparatados. Esta mamá soltera, de nombre Haley Hassell, no era menos pero, un buen día, la reacción ingrata de la hija la convenció a cambiar de estrategia, dándole una lección de vida ejemplar.
Como tantos niños, la hija de Haley, Presleigh, tiene una pasión por las particulares muñecas que al día de hoy están muy de moda. Pensando de hacerle una sorpresa, Haley ha visitado 3 negocios diferentes con tal de comprarle un estuche para la escuela con las imágenes de estas famosas muñecas. Una vez recibida la sorpresa, de hecho, la reacción de Presleigh ha sido del todo fuera de asombro y gratitud. La niña ha comenzado a gritar disgustada porque el estuche ya lo tenían todas sus compañeras de clase y que ella no lo quería más. Como si no bastara, la niña ha tomado el estuche y lo ha tirado en el cesto. Inútil subrayar el disgusto de Haley frente a aquella escena. No obstante todo, la mujer ha decidido de no aceptar un comportamiento similar al de la hija y de pasar a la acción.
"Pensaba de haberle siempre enseñado a ser agradecida...y a saber cuanto era afortunada, pero ¡por lo que parece tenía necesidad de un pequeño despertador!" ha declarado la madre de la pequeña. Haley, entonces, ha tomado una bolsa de plástico y ha escrito arriba "estuche de Presleigh" y se lo ha dado a la hija, ordenándole de recuperar el estuche del cesto y donarlo a alguien de sus compañeras que no habían tenido la suerte de tener padres que pudieran permitirse un lujo parecido o de hecho, a alguien que no tuviera los padres.
Como era previsto, la pequeña Presleigh ha estallado en lágrimas, abandonando su comportamiento inicial egoista. Demasiado tarde: la mama Haley ha quedado firme sobre sus decisiones y le ha dicho a su hija de no tener derecho a nada de especial, porque continúa a dar por obvio cuanto es afortunada.
La historia ha dado la vuelta por la web, gracias a la publicación de Haley sobre Facebook. Evidentemente, episodios de este tipo no son luego tan raros entre los niños y la dura prueba de posición de la madre ha inspirado a muchos otros usuarios que se han visto de la parte de acontentar siempre los caprichos. "¡Bien hecho! ¡Muy bien! "Te agradecerá más adelante por esta preciosa lección" es uno de los tantos comentarios de la publicación.
Una lección importante, que merece de ser compartida.