Un verdadero hombre hace que el amor por una mujer sea natural, quien la hace sufrir no es digno de estar a su lado
Las relaciones pueden ser complejas, pero no deben resultar complicadas. Complejo es todo aquello que requiere una lectura más profunda y multifacética, complicadas en vez, son las cosas que implican un esfuerzo, que absorben más energías de la necesaria. Una relación exige empeño, sacrificio, compromiso, pero no se puede y no se debe nunca traspasar un cierto límite. Cuando esto ocurre, quiere decir que alguna cosa no va, porque una cosa es cierta: el amor es una cosa simple.
via Elite Daily
Amarse debería dar alegría, apoyo recíproco, debería hacerse sentir más apasiguados, más fuertes en el afrontar las dificultades de la vida; no puede ser un peso o un desafío contínuo. El amor debería dar serenidad y seguridad, no hacer vivir en una contínua condición de inquietud e inseguridad. Quién demasiado a menudo olvida estas fundamentales leyes de la naturaleza son las mujeres, que se dejan involucrar en historias sin esperanza, donde vienen disminuídas, lo dan por sentado y se convierten en verdaderas y propias prisiones.
Los hombres verdaderos, aquellos raros individuos que saben estar al lado de sus mujeres o novias protegiéndolas y dándoles afecto incondicional, no sabrían nunca hacerle mal: no osarían ni siquiera imaginarlo. Cuando el amor es real, sincero, no sirven excusas, coartadas, justificaciones o esperas interminables, porque todo es fácil y natural.
Si un hombre rompe el corazón de una mujer, quiere decir que no la ha tenido nunca en cuenta y que no es digno de estar a su lado.
Las únicas lágrimas que un hombre verdadero sabe provocar son aquellas de alegría, mostrando respeto, comprensión, empatía y honestidad. Las mujeres deberían aprender a dar de sí mismas solo a quién sabe de verdad cuidar de ellas, que no tiene miedo de mostrar los propios verdaderos sentimientos, mostrándose fuerte cuando es frágil. El amor es simple porque no quiere dudas, no quiere sufrimientos y los hombres verdaderos lo saben. Conocen el valor de las mujeres que tienen al lado, saben expresar reconocimiento por el regalo que han recibido, cada día, como si fuera la cosa más normal del mundo.
