Cerrar las puertas y dejar ir el pasado es la mejor llave para seguir adelante

por Patricia Zorzenon

01 Noviembre 2019

Cerrar las puertas y dejar ir el pasado es la mejor llave para seguir adelante
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A menudo persistimos en quedarnos quietos. Quietos sin mirar los cambios que se sucedieron o están ya sucediendo en nuestra vida. Cerramos los ojos y continuamos fingiendo que todo está siempre igual, pero en realidad todo está ya diferente.

Deberíamos aprender a cerrar todas las puertas. Todas aquellas puertas de cosas o personas que nos tienen suspendidos por algún motivo y nos causan sufrimiento. Cerrar las puertas significa dejar ir las cosas en suspenso, los libros de hace tiempo estancados sobre la misma página todavía para escribir, las situaciones que nos provocan ansiedad y dolor. El tiempo no siempre ordena las cosas, a menudo es un mero observador: somos nosotros en tener que actuar. Veamos porqué.

via Huffpost

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No debemos tener miedo de dejar ir todas aquellas situaciones que nos hacen sentir colgados como a una cuerda sutil pero al mismo tiempo fuerte y segura. Del mismo modo, no debemos tener miedo de mirar la evidencia de las cosas, porque de otro modo terminaremos por sacrificar nuestra felicidad.

Tener recuerdos del pasado es hermoso y hace bien, en la misma medida en que estos recuerdos no nos condicionen y no nos frenen. No debemos dejar ir completamente el pasado sino solo vivirlo sin miedo, sin fosilizarse, porque todo podría todavía suceder. 

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El tiempo vuela y no vuelve más y es demasiado breve para quedarnos detenidos delante a todas aquellas puertas todavía abiertas. Se necesita atravezarlas sin miedo para ver que cosa hay delante a la otra parte, porque la vida puede todavía ofrecer tantas cosas bellas.

Todo aquello que nos causa dolor o heridas es un lastre demasiado pesado y también inútil de llevar atrás. Debemos encontrar la fuerza de liberarnos de todo aquello que nos oprime, que sea un recuerdo, una situación o también una persona.

Todo aquello que nos enriquece o no nos hace crecer, no nos hace felices y no es positivo para ningún tramo de nuestra existencia: por esto es bueno dejarlo ir. Y cuando todas las puertas estén ceradas nos sentiremos totalmente livianos de comenzar a mirar más allá y abrir otras.

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