Una mamá obliga a su hija a recurrir a la cirugía plástica: "las personas feas no van a ninguna parte"
Un buen padre debería dar coraje a los hijos a seguir sus sueños, a criar de manera respetuosa hacia el prójimo y sobre todo a aceptarse a sí mismo, sin fomentar o consentir malos humores o malestares debido quizás a incomodidades o aspecto exterior.
Ser un padre, obviamente, significa también corregir los puntos negativos de un hijo o al menos ayudarlo a identificarlos y a mejorarlos. Desde aquí llegar a instar a "modificarse" para gustar a todos, pero, hay una bella diferencia y lamentablemente la historia que estamos por contarles habla justamente de una mamá que tiene una visión un tanto singular sobre el futuro de la hija. Veamos de qué cosa se trata.
via Metro
Carla Bellucci es una joven de 37 años originaria de Hertfordshire, condado de Inglaterra oriental. Con otros 90 mil seguidores, en Instagram es un personaje suficientemente conocido. Para ella, ex modelo, el aspecto físico es de verdad todo, tanto que no es raro ver publicadas sobre su perfil fotos que la retratan en poses "fashion".
Su notoriedad, sin embargo, ha llamado la atención de los medios incluso por las declaraciones de la cual ha sido protagonista. En una entrevista, de hecho, ha declarado que "las personas feas no llegan a ninguna parte" y que por lo tanto habría dado levemente valor a su hija Tanisha, de 14 años, para recurrir a la cirugía plástica y mejorar algún detalle suyo.
No solo eso: también ha agregado que desde hace años, está ahorrando dinero justamente para este objetivo, en modo que Tanisha, en el momento justo, pueda permitirse la intervención estética que desea. Al mismo tiempo, la joven, para la felicidad de la mamá, cuenta ya con uñas postizas, extensiones en los cabellos y cejas de colores.
El aspecto fïsico, según la Bellucci, es de verdad todo para ir adelante en la vida y en esto la cirugía estética parece una opción obvia para adaptarse a los tiempos y con suerte, volverse una influencer de suceso.
Sin embargo es espontáneo preguntarse, si no sería más oportuno gastar dinero y energías en beneficios más importantes del aspecto físico de una joven que, a los 14 años, se encuentra en un momento decisivo para la formación de la personalidad. Incluso, para Tanisha no será así, visto que la madre ya ha hecho saber que a ella no le interesa mucho su grado de educación, ya que ahora "no es la más académica de las jóvenes".
Declaraciones e historias como esta hacen de verdad quedar incrédulos, además que reflexionar sobre niveles de superficialidad y ausencia de prácticas educativas oportunas que lamentablemente, continúan a caracterizar a muchos padres. La esperanza es que Tanisha, antes o después, logre decidir que cosa es mejor para ella, volviéndose independiente de las visiones de la madre.