Este perro ha sido abandonado en la estación de trenes con un trolley al lado lleno de sus objetos preferidos
En Gran Bretaña ha tenido un fuerte eco la noticia de Kai, el perro abandonado en la estación de trenes en Escocia, al lado de un trolley lleno con sus cosas preferidas. Una historia rica de misterio que, al final, ha sido revelada y las muchas dudas sobre como aquel perro ha terminado ligado en un ángulo de la estación han sido resueltas. Lamentablemente no se ha logrado nunca descubrir quién fue el propietario, pero poco importa este punto: Kai ha encontrado una casa acogedora y alguno que cuide de él. Su historia no es simple, pero nosotros intentaremos de contarles mejor.
via dailymail.co.uk
Kai estaba atado con la correa a una barandilla de la estación, entonces no podía escapar o alejarse de aquella situación; al lado, tenía también una valija llena de cosas, sus objetos preferidos, con que generalmente se divertía jugando. Sin ninguno que lo cuidara, el perro Shar Pei estaba completamente solo e impotente. Afortunadamente, no se necesitó mucho antes que el SPCA escocés (Society for the Prevention of Cruelty to Animals) lo encontrara. Kai ha sido salvado y cuidado temporalmente por SPCA.
El perro tenía un microchip, de la cual ha sido posible encontrar información sobre su cuenta, como por ejemplo el nombre y otros datos. Así, los voluntarios de las organizaciones han descubierto que el perro tenía algunos problemas de tipo médico y que, probablemente, el patrón anterior maltrataba a Kai. En Escocia, abandonar un animal es un delito y la policía se ha puesto a rastrear al ex-patrón. Gracias al microchip, la policía ha descubierto que el primer propietario de Kai, en el 2013 lo había vendido a una persona - no tenía idea de que cosa le había sucedido al perro después de haberlo vendido y no tenía la información del contacto que lo compro.
Parece que esta persona que lo recibe luego ha intentado vender al perro a una mujer, a través de un sitio de segunda mano. El hombre se ha encontrado con la mujer en la estación de Ayr, con 400 esterlinas que le fueron solicitadas. La venta no ha llegado a buen fin porque la imagen sobre el sitio web que la mujer había visto no era de hecho la de Kai. La mujer de inmediato se volvió sospechosa frente al hombre y le pide permiso de llevar de paseo al perro. Pero la respuesta del hombre es que le dice que quería una garantía de 150 esterlinas por si era el caso en que se hubiese ido con el perro para siempre.
"Le he dicho que quería llevar de paseo al perro, por ello me ha pedido 150 esterlinas como depósito, en el caso en que no hubiese regresado. Luego lo he visto escapar en el auto. Lo he llamado al teléfono y le he dicho "Será mejor que vuelvas para llevarte a tu perro". Pero no se ha presentado jamás.
La mujer, ya sola con un perro que no era el suyo y que no era aquel que se esperaba de comprar, no tenía idea que cosa hacer y comenzó a ponerse nerviosa. A empeorar las cosas, era el hecho que la mujer debía absolutamente volver a casa de la hija, porque la hija sufría de asma y el último tren para su ciudad natal estaba por dejar la estación.
Entonces, en el pánico y la prisa de llegar con la hija, la mujer ha dejado el perro atado a una barandilla en la estación de trenes, junto con una valija con los objetos preferidos de Kai. La mujer después le ha comentado a un miembro del staff de los trenes que aquello que estaba dejando no era su perro. Explicado entonces el misterio del encuentro de Kai.
El problema es que Kai tenía una necesidad urgente de una intervención quirúrgica, porque los párpados se le estaban curvando hacia el interior. La intervencion habría costado más de mil esterlinas, por lo tanto los socorristas del pobre perro no estaban seguros de como poder pagar un gasto semejante. Incluso, la SPCA puede contar sobre una comunidad muy fuerte, que comprende incluso a todo el mundo, no solo a Escocia, y así ha logrado financiar la intervención. En solo 24 horas, extraños corazones gentiles y personas generosas han donado un total de más de 2.500 esterlinas inglesas.
La operación ha sido un éxito y Kai se ha recuperado. El Shar-Pei se ha vuelto famoso en toda Escocia y para él han llegado centenares de pedidos de adopción.
Al final, los socorristas han decidido de confiar al perro a Ian Russell de 52 años, un ingeniero hidráulico que después de la muerte de su dálmata quería llenar el vacío que su perro había dejado. El hombre se considera muy afortunado a ser elegido para la adopción, entre tantos otros ciudadanos.
Ahora el deseo es que Kai y su nuevo patrón puedan disfrutarse los próximos años felices y en tranquilidad.