Con el ejercicio del "equipaje" esta maestra ha liberado a sus alumnos de sus problemas emocionales
Enseñar es uno de los oficios más difíciles que se pueden elegir. Y no porque implique fatiga física o situaciones desgastantes, sino porque significa entrar en sintonía con un grupo de pequeños seres humanos que serán los hombres y las mujeres de mañana, buscando de darles a ellos las bases más concretas, justas y útiles hasta que crezcan como personas equilibradas.
La escuela es de hecho un complemento fundamental de la educación que los más pequeños reciben entre las paredes domésticas de los padres y madres. Sin los maestros y las experiencias frente a frente con sus compañeros, un niño simplemente no crece como debería. Además de los conocimientos, materias, tareas y calificaciones, para una maestra es importante educar a los alumnos para un buen comportamiento y respeto recíproco.
Lo sabe bien Karen Loewe, docente estadounidense de Oklahoma que, con más de 20 años de experiencia entre los escolares, ha decidido de proponer a sus estudiantes una actividad útil y expresar plenamente sus sentimientos y sus emociones. Veamos que cosa ha hecho.
En vez de proceder con la lección normal, Karen ha pedido a los estudiantes de su clase de Colins Ville Middle Sohool de tomar una hoja y que la devolvieran con un "equipaje emocional". Exactamente así, porque cada uno de nosotros, según la docente, tiene un peso, parecido exactamente como una valija, que se lleva detrás cada día y en la cual quizás incluyen preocupaciones, miedos, ansiedades, traumas, episodios y malhumores que no se logran superar tan fácilmente.
Los jovenes han sido invitados, en manera totalmente anónima, a sacar afuera sus problemas más profundos. Una vez escrito, las hojas han sido arrugadas y luego leídas todas y al azahar por los otros compañeros de clase. Lo que ha surgido de la lectura a voz alta ha dejado de verdad asombrada a la maestra, que no se esperaba que problemas tan importantes pudieran afligir a sus alumnos. Los jóvenes, por su parte, han tenido una fundamental ocasión para expresarse sin tener adentro sus más graves problemas y para recibir ayuda y comprensión de los demás.
El objetivo de un ejercicio del género, según Karen, ha sido aquel de ayudarlos a ser más comprensivos y gentiles con el prójimo y según cuanto ha contado la maestra, parece que esta actividad sobre el "equipaje emocional" ha tenido una buena señal. La experiencia ha sido emocionante, a tal punto de despertar conmoción ya sea en los alumnos que en Karen misma y ha permitido a sus estudiantes de comportarse mejor con sus semejantes.
Una vez terminada la lectura, las hojas arrugadas con sus problemas escritos de los jóvenes han sido puestos en una bolsa que ha sido colgada en la puerta de la clase para simbolizar que los problemas, con voluntad y coraje, pueden ser alejados y no deben necesariamente oprimirnos cada día.
La experiencia propuesta de Karen a sus alumnos ha despertado muchísimo consenso, unido a algunas voces críticas. Estas últimas se han detenido sobre todo sobre el hecho que consentir a los niños de sacar afuera los propios traumas, aunque de manera anónima, podría igualmente conducir a la burla o la marginación en el interior del grupo escolar. La maestra, aún, está convencida de la eficacia de su ejercicio, e insiste sobre la necesidad de hacer entender a los alumnos que la escuela es además de todo, incluso un lugar donde encontrar alivio y apoyo emocional.
Karen Wunderlich Loewe/Facebook
