Un estudio confirma: los mimos y el contacto físico son fundamentales para el bienestar de un niño
Desde los primeros días de nuestro nacimiento hasta nuestra edad adulta, tenemos necesidad de mimos. Y si, han leído muy bien. Más abrazos entre las personas que se quieren bien no solo ayudan a vivir mejor situaciones difíciles y preocupantes, sino que favorecen a crear estados de calma y tranquilidad alejando las fuentes de dolor. A confirmar este asunto es un estudio del Max Planck Institute de Leipzig en Alemania; esto es lo que dice al respecto.
Según el estudio efectuado por el instituto alemán, no obstante la lectura científica del pasado haya afrontado abundantemente la importancia de las caricias y de los abrazos como potentes canales terapeuticos, las hormonas dejan del contacto físico intenso como una caricia o un relajante masaje, la oxitocina, que es un producto de la estimulación de un grupo de moléculas celulares que coordinan la emisión de la oxitocina en la sangre y que estimula a su vez las células incluso en la médula espinal.
Este grupo molecular es a su vez estimulado del contacto físico como abrazos y caricias, prácticas de afecto que, provocando la liberación de la llamada "hormona de la felicidad", que producen en quien las recibe un sentido de tranquilidad, aliviando cada tipo de dolores.
El efecto antidolorífico provocado de la liberación de la oxitocina es la prueba científica que todos, desde la más tierna edad hasta nuestra edad adulta, tenemos necesidad de caricias, de dulces mimos de parte de quien nos quiere mucho. No solo calmantes y tranquilizadores, los contactos físicos con una finalidad buena son la mejor medicina al mal humor.
No hagan nunca faltar una abrazo afectuoso, una caricia, un momento de contacto frente a la persona que piensan que puede tener más necesidad: estos gestos vuestros seran un regalo capaz de hacer mejorar la vida de los niños de hoy de los adultos de mañana y ¡de serenar los días más difíciles!
