Asustado por los fuegos artificiales, un perro guía ha abandonado a su patrona no vidente
Ellen Watson trabaja en la cámara de los Comunes en Londres, es una empleada inglesa afectada por discapacidad y por esto, cada día se dirige a su lugar de trabajo acompañada de su fiel perro guía de nombre Skippy. El 4 de noviembre del 2019, el día antes de la fiesta británica de Bonfire Night, algunos fuegos artificiales imprevistos han hecho estallar el cielo de la capital inglesa, encontrando completamente desprevenida a la patrona y al pobre perro asustado.
via LBC News
El evento repentino ha sucedido el 4 de noviembre del 2019 a las 17.00 horas, cuando el estallido repentino de los fuegos artificiales ha dejado petrificado al perro Skipp que no quería absolutamente moverse y que ha dejado a la patrona discapacitada tirada por el piso, en espera que algún otro además de su fiel perro guía la pusiera en pie.
A causa de los fuegos artificiales de la noche en ocasión de la fiesta inglesa del 5 de noviembre y por toda la semana Ellen watson ha debido restablecer nuevamente sus horarios de trabajo, saliendo de la Camara de los Comnes antes de las 17.00 y en cada caso antes del comienzo de los festejos.
Ellen todavía ha quedado asombrada del comportamiento repentino de Skipp, un perro guía ejemplar y afectuoso, quedando literalmente petrificado de miedo a causa de los fuertísimos ruidos y estallido de los fuegos artificiales generados por cohetes de la festividad. Ahora, Ellen, pide reglamentaciones más severas frente al uso y consumo de estos petardos, enfatizando como ponen en peligro la vida y la seguridad solo de los pobres amigos de cuatro patas, sino también de sus patrones humanos...
Ahora Ellen volverá a casa en la primera semana de noviembre con su fiel skipp hacia las 15.00 de la tarde, evitando el ruido (aquel más bien inevitable) encendiendo la televisión o levantando todo el volumen de la música; solo así podrá probar calmar al perro Skipp y distraerlo de los fuertes ruidos que podría nuevamente petrificarlo del miedo.
Una historia desagradable que saca nuevamente luz sobre los peligros que los fuegos artificiales, de uso público o privado, pueden causar a nuestros amigos de cuatro patas. Patrones, ¡protejamos a nuestros animales domésticos de estos ruidos extremadamente fuertes!