Cada año este pingüino nada por 8000 km y vuelve a saludar al hombre que lo ha salvado
La amistad es un sentimiento que puede manifestarse entre los individuos más variados y en los modos más disparatados. ¿Pensaron alguna vez que un hombre y un pingüino pueden ser amigos por la piel? Si la respuesta es negativa, podrían pensarlo de nuevo leyendo la historia que estamos por contarles.
Protagonistas, un ex obrero y pescador y un simpático pingüino de Magallanes, que ha decidido de mostrar su gratitud al hombre en un modo de verdad increíble.
via Independent
Cuando Joao Pereira de Souza lo ha salvado, Dindim, el pingüino en cuestión, se encontraba en una playa de una isla a lo largo de Río de Janeiro, y estaba cubierto de petróleo, sobreviviendo de una situación obviamente crítica y difícil.
Para el hombre, poner salvo al animal ha sido una acción absolutmente natural y dictada de la humanidad. No pensaba, incluso, que el futuro les habría reservado la posibilidad de instaurar una relación de amistad de verdad única en su género. Bautizado Dindim, el pingüino, limpio y recuperado, no tenía ningun intención de decir adiós a su benefactor.
Por una semana, cuando Joao probaba de liberar en el mar al ave, él no quería saber nada de irse, evidentemente conmovido por aquello que le había sucedido en el agua. Al final, el pingüino decide que era el momento de separarse del hombre.
No es difícil sin embargo, imaginar la sorpresa del pescador cuando, luego de algunos meses, ha visto volver a Dindim en la playa de la cual se había ido. No solo, el animal volvió hacia el hombre que lo había salvado del petróleo, sino incluso ha decidido de inmediato que era el caso de seguir a Joao hasta casa.
La cosa de verdad impresionante es que para volver a saludar a su amigo, Dindim había recorrido de 5000 a 8000 km, nadando hacia el Brasil desde las costas de Chile y Argentina, fuera de la cual se había ido a reproducir. Y el pingüino trata a Joao como un igual. Se acuesta a su lado, se deja alimentar, se acuesta sobre sus rodillas y adopta muchos otros comportamientos de "mascota".
Después de la primera visita, Dindim regresó practicamente cada año por 4 años, en junio, a su salvador humano, para luego irse alrededor de febrero. Un comportamiento de verdad sorprendente: parece exactamente que el pingüino ha decidido de considerar a Joao un miembro de su familia. ¡Son estos los gestos e historias como estos que hacen devolver la sonrisa!
