Una mujer que ha sido traicionada con el tiempo puede volverse más fuerte y más mala
Cuando sufrimos una infidelidad, parece que el mundo se nos cae encima, que nuestra vida no tiene más sentido, una dirección bien precisa para seguir, que no tenemos más un objetivo y nos sentimos derrotados, culpables de habernos equivocado en algo. Incluso, después que la fase aguda del dolor psicológico se ha debilitado, comienzan a comprender que todo este dolor, todo este sufrimiento, nos han ayudado a ser más maduros, más fuertes y quizás también un poco más..."malos".
via The Telegraph
Uno de los pasos falsos a cometer, sobre todo por las mujeres, es aquel de vengarse del mal sufrido, del amor negado a expensas de la ex-pareja; sin tendemos a vengarnos significa que todavía no hemos logrado a ponernos en la espalda aquello que ha sido, aquello que hemos pasado, incluso con una infinidad de sufrimientos y dificultades interiores.
Es necesario tirar cada pensamiento negativo y focalizarse sobre uno mismo, hacer aquello que más placer nos da, satisfacer nuestras pasiones, nuestros deseos, nuestras necesidades. Para las mujeres sobre todo, es difícil convencerse que puede existir el verdadero amor después de una traición abrasadora...
La lección que podemos aprender desde una desilusión amorosa es aquella de haber sabido aguantar, ser confiado de nuestro futuro no obstante la depresión que hemos vivido, las lágrimas que hemos derramado por quien en vez nuestra salud mental probablemente no la ha nunca querido cultivar, mejorar, cuidarla. Una ex pareja que con el ir adelante en el tiempo, quizás no merecía nuestra atención y nuestro afecto.
Aprendemos con el tiempo a montar las olas del disgusto, de la soledad y del sufrimiento por la traición sufrida: nosotras las mujeres sabemos transformar todo esto en madurez, experiencia y una pizca de...¡maldad de más!