Esta anciana no logra vender sus bordados: un hombre quiere ayudarla compartiendo su foto
A veces basta una simple imagen que tomamos quizás por casualidad para hacer disparar dentro de nosotros reacciones de enorme compasión. En el fondo, la humanidad se mide incluso a través de gestos que, a primera vista, pueden parecer pequeños o insignificantes, pero que, para algunas personas en dificultad, significan muchísimo.
Es aquello que le ha sucedido a Leo Brown, cuando se ha encontrado frente a Adela Vidales, anciana méxicana que, no obstante su edad, está obligada a producir y vender servilletas bordadas para ganar algún dinero más. La mujer quedó atrapada en un momento de abatimiento particular, en una foto que muestra su sentada desconsoladora en una escalera.
via Milenio
Ninguno había comprado sus productos y Doña Adelita, como la conocen afectuosamente en su comunidad, estaba de verdad angustiada. Para quién está obligado a vivir incluso con las miserables recaudaciones de las servilletas vendidas al equivalente de 1,87euros cada uno, seguro el desconsuelo es una cosa con la cual se hacen a menudo cuentas.
Por esto, Leo ha decidido de sacar una foto a la conmovedora escena y de compartirla en Facebook. Desde allí, ha hecho literalmente el giro del mundo, logrando reacciones de acercamiento y afecto de parte de muchas personas. Pero Leo, afectado de cuanto había visto y de la historia de la anciana vendedora de telas bordadas, ha decidido de hacer alguna cosa de más.
La invitó así a posar delante a sus bordados, para ayudarla a promocionar sus productos a través de las redes sociales, en modo de poder tener muchas más posibilidades de venderlos y ganar. Adela, a ese punto, ha mostrado a todos con orgullo sus maravillosos trabajos, confiada que su situación pudiera mejorar.
Leo, por su parte, ha copartido con todos la dirección en donde era posible encontrar a la anciana para adquirir sus bordados, muchos usuarios han expresado interés y el deseo de poder convertirse en sus clientes. Tanto es cierto que Adela de hecho tiene un fan club, demostando que a veces, aparte de las situaciones más oscurs, se puede enontrar la esperanza de aliviarse y seguir adelante.
Y es exactamente esto que demuestra su historia: un ejemplo emocionante que nos recuerda el valor de ayudar a los demás y la necesidad de no quedar indiferentes, aunque a través de un pequeño gesto que puede hacer la diferencia.