Vive durante 2 años en un auto con los perros: toda la comunidad se moviliza para comprarle una nueva casa
A menudo nos damos cuenta que alrededor de nosotros los gestos de pura bondad y humanidad son siempre de menos, que es raro encontrar personas dispuestas a ayudar al prójimo de corazón y solo por el placer de hacerlo. Incluso, ello no es siempre cierto y afortunadamente en el mundo no faltan las ocasiones y las personas prontas a demostrarlo.
Jennifer Husband-Elsier y Melissa Akacha son un ejemplo. Estas dos amigas, con su interés y su solidaridad, de verdad han logrado cambiar para mejor la vida de una persona que tenía necesidad.
Lynn Schutzman es una ex-farmacéutica de 70 años que, después de la muerte del marido, ha contraído diferentes enfermedades pero para cuyo tratamiento no ha logrado encontrar los fondos económicos de la que tenía necesidad. Así, de una vida normal, la suya se ha convertido en una existencia hecha de penurias y dificultades, tanto que su carencia económica no le ha consentido más pagar el alquiler de la casa. Por este motivo, Lynn ha sido obligada a recoger sus cosas y a vivir con sus dos perros en su auto, instalándose en un estacionamiento de Philadelphia.
Es exactamente allí que Jennifer y Melissa la han visto, visiblemente en dificultad, no obstante ella sostuviese lo contrario. Las dos, incluso, no se han dado por vencidas y han decidido de profundizar la situación de la mujer. Viniendo a conocer su camino, han sabido que Schutzman no tenía ni hijos ni otros familiares a la cual dirigirse para una ayuda: había quedado, de un momento al otro, sola y sin una casa.
En los dos años anteriores, Lynn había vivido así, sin poder ir a una estructura para indigentes, que no habrían aceptado jamás la presencia de sus inseparables perros. Melissa y Jennifer, entonces, han decidido que había llegado el momento de actuar en concreto. Han creado una página GoFundMe especialmente para quien quisiera hacer donaciones a favor de Lynn y es a ese punto que ha ocurrido una cosa de verdad sorprendente.
Las dos, con sus iniciativas, han recogido más de 27.000 euros, cifra utilizada inmediatamente para conseguir un hermoso monoambiente donde hacer alojar a la mujer y sus dos amigos de cuatro patas.
Las donaciones han sido suficientes para permitir a Lynn de tener el alquiler pagado por 2 años, período en el cual igualmente continuará a recibir la maravillosa ayuda de su comunidad. La felicidad y el agradecimiento de la mujer han sido visibles en la reacción que ha tenido una vez que entró en su nueva casa, cuando no ha logrado contener lágrimas de alegría.
Entre las personas que la han ayudado ha estado también quien ha decidido de ofrecer movilidad y decoración. Despues de una vida feliz y una honrada carrera de farmacéutica, Lyn puede volver a sonreir, conciente que el mundo podrá siempre contar sobre la ayuda de las personas que le están cerca. Con la esperanza que su experiencia de indigente puede lo más pronto posible transformarse solo en un mal recuerdo.
