Esta niña de 5 años vende chocolate caliente y bizcochos para saldar las deudas del comedor a sus compañeros
La gentileza es un valor que se puede poner en práctica en las formas y modos más variados. No debe parecer obvio o quizás tomarlo como una pérdida de tiempo, porque en un mundo como el de hoy, donde los actos de humanidad son siempre más escasos, se tiene de verdad necesidad de alguien que de lecciones positivas de solidaridad.
Como en el caso de Katelynn Hardee, niña estadounidense de solo 5 años, que ha decidido de ayudar a sus compañeros de clase en un modo emocionante y motivador al mismo tiempo.
via MSN.com
Breeze Hill Elementary School PTA/Facebook
¿Que cosa ha hecho? Con gran fuerza de voluntad, ha comenzado a vender chocolate caliente y bizcochos frescos sobre unos cajones para pagar las deudas de 123 alumnos que no lograban saldar las cuotas del comedor escolar. Se trata de niños como ella, pero que no han sido tan afortunados de tener los mismos "privilegios" garantizados.
Ningún niño, de hecho, debería quedarse todo el día en la escuela sin poder comer. Y Katelynn, consciente de todo esto, ha decidido de poner manos a la obra con un gesto maravilloso. Con la ayuda de la mamá, entonces, ha puesto en acción un stand, donde toda la ganancia es destinada a saldar las deudas de los alumnos menos afortunados de su escuela de San Diego.
La niña ha trabajado duro para cocinar los bizcochos y preparar el chocolate caliente, tanto de dedicarle mucho de su tiempo libre durante el weekend. Su gesto de solidaridad de inmediato ha tenido una gran resonancia, tanto de llamar la atención de muchas personas, ya sea del director de su escuela, que le ha dedicado a la niña un premio por reconocer y valorizar su acción altruista.
El dinero recaudado de la venta de la pequeña Katelynn, al final, han sido suficientes para pagar las deudas y garantizar una comida o un snack a todos los estudiantes que no podían permitírselo. Se trata de un gesto de verdad motivador y estimulante, incluso más porque es realizado por una niña. A veces, nuestros pequeños saben darnos lecciones enormes, de la que todos deberíamos aprender.