Estos 4 adolescentes han empujado por 1,5 km a un anciano que quedó bloqueado con su scooter eléctrico
No ocurre raramente de asistir a episodios en que los protagonistas son adolescentes que, lamentablemente, cumplen actos irrespetuosos o violentos, llevados por nada, sino de lógicas de auto-afirmaciones y "de manadas". Como en todas las cosas, sin embargo, no se puede generalizar y por suerte no todos los jóvenes de una cierta edad asumen estos comportamientos.
Lo demuestran estos cuatro jóvenes protagonistas del episodio que estamos por contarles. A diferencia de otros compañeros suyos que a menudo atraen la ira de las personas, estos jóvenes son distintos por un gesto de verdad recomendable y digno de notar, que seguro demuestra aquello que hemos afirmado.
Se llaman Jack Murphy, Harley Donworth-Kent, Finlay Hamilton y Kaden Rocha, tienen todos 14 años y frecuentan la Magna Academy, un instituto que se encuentra cerca de Bournemonth, en Inglaterra meridional. Terminadas las lecciones, los cuatro han salido de la escuela y después de un tramo del camino, han notado a un anciano que parecía encontrarse en una difícil situación.
Se trataba de Alan Stanyon de 90 años, que con su scooter eléctrico para ancianos, no lograba más ir hacia adelante y había quedado peligrosamente bloqueado en la calle. Asi fue que los jóvenes, incluso la situación y han decidido de salir adelante para ayudar al anciano y volver a casa.
Han comenzado a empujarlo hasta llegar a su casa. Puede parecer un trabajo algo simple, pero no lo ha sido, dado que el trayecto para llegar a la casa de Alan ha sido largo de unos 1,5 km. Con la batería del scooter descargado, del resto, no había alternativas si no de proceder a empujarla. Cansados, los cuatro adolescentes han logrado llegar a destinación. Una vez allí, se han asegurado que entrara adentro sano y salvo.
Cuando el anciano ha ofrecido a los jóvenes una recompensa en dinero, ellos de inmediato lo han rechazado, gratificados del solo hecho de haberlo ayudado a volver a casa sin problemas. Alan, como es obvio, ha sido uy felíz de lo sucedido y ha expresado con palabras de gran elogio a los jóvenes de 14 años. El episodio así, ha comenzado a asumir relevancia local y nacional, llegando muy pronto a dar el giro por la web.
Aparte, un gesto de gentileza desinteresado y solidario como esto representa seguramente, una señal de positividad, en un mundo donde, casi siempre, se habla de los adolescentes en modo negativo. Los cuatro jóvenes, con su altruismo, han contribuido a dar a todos una óptima imágen de si y de sus compañeros. No queda que desear que episodios así puedan repetirse cada vez que haya necesidad, porque significa que todavía es posible recuperar valores sanos y constructivos.
