Esta abuelita en el hospicio confecciona regalos para las personas necesitadas, ayudándose a si misma y a los demás
La vida en un hogar de ancianos, para ellos puede no ser siempre fácil de afrontar. Días tras día, en un ambiente que no es la casa propia, estas personas arriesgan de sumar soledad y tristeza a aquellas que ya de por sí la vejez conlleva. Y ello no es de hecho agradable, visto que se trata de un momento de la vida en que puede ser difícil encontrar la señal para continuar.
Así ha sido incluso para Fran Clark, 80 años inglés de Hengrove, cerca de Bristol, que incluso ha logrado, no obstante la monotonía de su cotidianeidad, a encontrar un maravilloso modo para ayudarse a si misma y a los demás.
via Independent
La abuelita ha llegado al hogar de ancianos hace algunos meses. Como ha contado, al principio su permanencia en la estructura no ha sido de hecho fácil. Aburrimiento y tristeza se sumaban al hecho que las visitas de los hijos, una vez que Fran ha sido ingresada allí, se volvieron siempre menos frecuentes.
La vivaracha anciana, sin embargo, no se ha dejado desanimar y después de haber leído un anuncio sobre una revista de la iglesia, donde se hacía apelo a donar objetos de primera necesidad para las personas necesitadas, ha decidido que era el momento de actuar en primera persona.
Así, armada de paciencia y dedicación, ha comenzado a dedicar algunas horas de sus días a confeccionar regalos en vista de Navidad. Utilizando cajas de zapatos recogidas específicamente, en casi un año Fran ha lograo preparar unos 500 regalos navideños para las personas que no pueden permitirse ni siquiera objetos de uso común.
Cepillos de dientes, jabones y otros géneros cotidianos, de hecho, para nosotros son quizás descontados y siempre presentes. Incluso, pueden no serlo para los hombres, mujeres y niños que están en el límite de la pobreza. Y Fran lo sabe bien, visto que, como si fuese una "Abuela de Navidad", ha pensado justo en todos, incluso en los más pequeños. Para ellos, confecciona juguetes, muñecas, libros y colores para dibujar.
La actividad de esta abuelita ha ido mucho más allá de las espectativas iniciales, tanto que el hogar de ancianos donde vive le ha dedicado un espacio reservado especialmente para confeccionar los dones específicos. No hay nada que decir: Fran Clark inventó de verdad una excelente manera para llenar sus días y ayudar, incluso con pequeños objetos a quien en la vida es menos afortunado.