Un niño ha pagado la comida a un anciano vendedor ambulante cansado al final del día de trabajo
El respeto de los más jóvenes hacia los ancianos es un indicador de la civilización de una sociedad. Lamentablemente hoy a menudo venimos a conocer noticias que no tienen en consideración nuestra forma de respeto, o lo vemos con nuestros ojos en aquello que ocurre en la cotidianidad.
Por suerte, igualmente, existen las excepciones: en México, un niño ha pagado una comida a un vendedor ambulante anciano, visiblemente cansado al final de su día de trabajo.
Este niño estaba junto a la mamá en un negocio, cuando ha visto entrar a un anciano vendedor ambulante, débil y al final de su día de trabajo. El hombre ha tocado la sensibilidad del niño que ha sentido de inmediato el deber de hacer alguna cosa por él. Le ha pedido a la mamá si le podía dar 40 dólares que antes había ganado a la lotería, obteniendo una respuesta positiva.
El joven se ha acercado con el dinero y el hombre le ha agradecido dándole un poco de la mercadería que vendía, algún helado de chocolate. Pero el niño sentía todavía de no haber hecho todo aquello que podía por el hombre. Así fue que le ha preguntado que cosa quería para comer y se lo ha pedido a la camarera.
Cuando el hombe ha comenzado a comer, el niño desde su mesa ha comenzado a llorar. La mamá le ha preguntado porqué lloraba y ha sentido responder: "Su mirada mamá, está cenando tan a gusto".
A ese punto ni siquiera la mujer ha sabio contener la emoción: "no se decir quien ha dado la vida a quien, si yo a él o él a mi. A veces me pregunto si estoy haciendo un buen trabajo de madre, pero acciones como estas me dan la respuesta".
El gesto del niño ha emocionado a miles de corazones por su gentileza. ¡El mundo tienen necesidad de actos gentiles como estos!