Su familia la ha abandonada cuando estaba enferma, pero una enfermera la ha adoptado y gracias a ella ha vuelto a vivir
Para afrontar períodos difíciles de la vida, como puede ser una enfermedad, es importante poder reposar en un ambiente confortable y estar rodeado de personas positivas y de apoyo. No ha sido así para María Martins Ferreira, una mujer de 59 años que ha debido iniciar su batalla contra un tumor. Descuidada y abandonada de la familia a merced de su enfermedad, la señora María ha encontrado ayuda en una enfermera que, además a asistirla en la vida de todos los días, le ha restituido la dignidad, con evidentes mejoramientos en sus condiciones de salud.
María Martins Ferreira, 59 años, se encontraba en graves condiciones de salud, a causa de su tumor en los pulmones, pero también a causa de la negligencia de su familia, que no la asistía en los tratamientos y en las visitas que estas circunstancias requieren.
Que María tuviera necesidad de una ayuda inmediata lo ha entendido de inmediato la enfermera Verónica Grossi, 39 años, que se ha propuesto de darle una mano en la gestión de su enfermedad: María no estaba de hecho bien y además de los escasos cabellos, mostaba una piel dañada por la deshidratación. Pronto Verónica se da cuenta que a pesar de aquel estado de la mujer no era solo la enfermedad, sino también el descuido de la hija y del yerno, que no cuidaban de ella.
"A la hija y al yerno no le gustaban mis visitas en la casa. Su familia la trataba mal y no la cuidaban lo suficiente", ha dicho la enfermera. Después de algún tiempo de cuidados y asistencias diarias, Verónica propone a María de mudarse con ella; solo así habría podido acudirla como necesitaba una persona enferma en sus condiciones, sin una familia a la cual apoyarse. María aceptó y si bien inicialmente extrañaba mucho a la hija, comenzó a mostrar mejoramientos: se sometió a diferentes intervenciones quirúrgicas que le han salvado la vida.
Una vez superado el período más difícil, entre Verónica y la señora María se instauró una relación muy fuerte y especial de aquella entre un paciente y una enfermera. Si había creado una nueva familia que apoyaba sus bases sobre el amor y sobre el respeto recíproco y que habría durado no obstante la enfermedad.
Verónica de hecho propone de oficializar la nueva familia, tomando en adopción a la señora María. Gracias a los cuidados, pero también al afecto de Verónica, la señora María puede disfrutar la vida en la casa que la joven le ha podido ofrecer.
¡Una historia de inspiración que celebra el voluntariado y las amistades que a menudo nacen en consecuencia!