Transcurrir más tiempo con los padres ancianos puede desacelerar el deterioro psicofísico: lo revela un estudio
Para muchos, los padres son figuras que están siempre, pero que quizás damos a menudo por descontado. Cuando teníamos más necesidad, especialmente en la juventud, han estado siempre allí para nosotros, a sostenernos y ayudarnos en cada momento.
Con el pasar de los años, los padres envejecemos y es normal que ello ocurra. Darse cuenta que un padre o una madre está yendo hacia la tercera edad, para un hijo, no es de hecho fácil, exactamente porque en el imaginario común un padre es una figura casi "heroica". Además del fisiológico deterioro físico, de hecho, es necesario tener siempre en mente que un gran componente en el envejecimiento precoz es jugado por la psiquis y de los problemas que le conciernen. Entre ellas, la soledad. Un estudio a este propósito ha revelado cuanto es importante hacer compañía a padres y madres después de una cierta edad.
Soledad y declino funcional son dos cosas altamente ligadas entre ellas. Puede parecer obvio, pero más allá de los factores de sufrimiento físico, tener en compañía a los padres ancianos puede resultar fundamental para desacelerar su envejecimiento. La investigación de la Universidad de California en San Francisco ha durado más de 6 años y ha involucrado a 1604 adultos de edad igual o superior a 60 años.
Monitoreando su vida cotidiana y preguntándole a ellos si se sentían excluídos o aislados, los estudiosos han descubierto que todos ellos se sentían solos y tenían también más dificultad en desarrollar las actividades diarias. La soledad provoca estrés crónico y entonces puede conducir a formas de depresión. Todas condiciones que de seguro no ayudan al bienestar y a la salud de las personas y que entonces las ponen más a riesgo de contraer enfermedades.
En definitiva: encontrarse por mucho tiempo solo, para la mayor parte de los participantes, el estudio a mayores de los 60 años, ha resultado un factor de deterioro precoz, incluso de riesgo para la salud. Cuando una persona se siente aislada o sacada fuera de la vida de los demás, puede entonces sufrir una decadencia más veloz. Por otro lado, estar presentes, hablar y sentirse considerados son cosas que ayudan a preservar la actividad de nuestro físico.
Es por esto que un hijo, más allá de los empeños, haraganería o quizás aburrimiento, no debería jamás olvidarse de transcurrir el tiempo con sus padres. Además, se trata de pequeños gestos para quien los cumple, pero de regalos importantes para quien lo recibe. Quien sabe si, después de haber leído este estudio, ¡no les vendrán ganas de ir a darle un saludo a vuestra madre o padre!
