Quien ha perdido una madre sabe que cosa significa decir adiós al primer, gran amor de la propia vida
Perder un ser querido es siempre una experiencia de vida que nos cambia para siempre, pero perder la propia madre, nuestro primer amor, es incluso más angustiante; una vez que nuestra madre no esté más sobre esta tierra para acompañarnos, para aconsejarnos y amarnos cada día de nuestra vida sin ella, será como morir una primera vez. Pero luego gradualmente, cuando comenzamos a entender que ella vivirá para siempre en nuestros corazones, volveremos a renacer.
via Psychology Today
Generalmente, la primera sensación que una persona prueba después de la pérdida de la madre te deja atónita, desde el momento que simplemente no logras creer a aquello que está ocurriendo en aquel momento. Muy a menudo, es necesario "asegurarse" y hacer concreta la idea de la muerte de un ser querido incluso solo viendo el cuerpo, abrazarlo y besarlo por última vez, solo sintiendo la piel fría, es más fácil aceptar que ha dejado este mundo para siempre.
Perder una madre sobre todo te hace entrar inicialmente en un estado de entumecimiento, pero luego llega la fase caracterizada de una profunda tristeza, acompañada por un deseo, desesperación y soledad; simplemente, una persona que pierde su madre no estará en grado de entender como aquella persona que ha estado a su lado por tanto tiempo, la ha cuidado y la ha críado, ahora simplemente no está más aquí.
Nuestros padres son nuesta primera y verdadera relación, entonces, cuando uno de ellos muere, es como si se nos llevaran todavía a alguien que estamos aferrados por toda la vida. Incluso, no obstante la conexión existente entre madre e hijo no se pierde jamás, porque la unión que ha sido creada desde el momento en que la madre ha llevado a los hijos en su vientre, ella atravieza todas las barreras existentes. No importa cuanto tiempo pase desde el momento de la desaparición de la mamá, solo una persona que ha perdido a su madre sabe cuanto es difícil decir adiós a su primer gran amor.