El perro continúa a ladrarle a la patrona embarazada: los médicos descubren que la mujer tenía una gran infección en los riñones
Todos aquellos que tienen un perro saben que el animal puede advertir señales de peligro que nosotros los seres humanos no percibimos mínimamente. Los perros saben perfectamente cuando una tempestad se acerca o cuando, por ejemplo, un humano está por tener una crisis epiléptica. El perro Alhanna Butler, sin embargo, debe haber advertido alguna cosa todavía más grave, por cuanto lo lograba a dejar de ladrar hacia su patrona embarazada. Keola, un bellísimo ejemplar de Akita americano, sabía que había alguna cosa que no iba bien en su "mamá" humana.
via Mirror
Los patrones de Keola, Ricky y Alhanna Butler, han tomado la perrita cuando era solo una cachorra y por años han sido una familia feliz. Un buen día, la pareja se dio cuenta que la familia se habría alargato, por cuanto Alhanna había dado a luz un bebé. Pero lentamente que los días pasaban, la panza de la mujer crecía y la fiel perrita parecía tomar nota de la situación, cierto que muy pronto habría estado un recien nacido en la familia.
Con el pasar de los meses, sin embargo, Keola comenzó a dirigir la atención a la panza de su patrona de un modo un poco bastante agresivo, llegando finalmente a ladrar hacia Alhanna. La preja no lograba interpretar el comportamiento de su perra, sino que pensaban en el hecho que estuviera celosa por no ser ella el centro de la atención.
Se sabe que también los embarazos más simples pueden comportar dolores no indiferentes, pero aquella de Alhanna estaba comenzando a ir en la dirección equivocada. No obstante sus fuertes dolores de espalda que la mujer había comenzado a sentir, los médicos la tranquilizaron sobre sus condiciones.
Las advertencias de Keola, sin embargo, no dejaban de agotarse: el perro continuaba a ladrar en dirección de la patrona, siempre más fuerte. El momento en que Alhanna ha decidido de dar importancia a su perra ha sido cuando el animal deja repentinamente de ladrar, deteniéndose simplemente mirando a la patrona a los ojos. Era como si el perro le estuviera suplicando a la mujer de pedir ayuda. Alhanna se asustó y decide de publicar una foto de aquel evento por Facebook, quizás para llamar un poco la atención. Incluso, sus amigos le han sugerido de darle importancia a las advertencias de su perro.
A este punto, las advertencias de Keola habían cambiado: el perro había dejado de ladrar y había comenzado a llorar, mientras con el hocico empujaba a la patrona. Alhanna no se lo hace repetir más y volvió al médico para hacer estudios sobre esos dolores en la espalda, poco después la mujer ha sido llevada de urgencia a terapia intensiva.
Los dolores en la espalda no eran debido simplemente al embarazo, sino a una gravísima infección a los riñones. La mujer ha logrado a llegar al hospital a tiempo para recibir todos los tratamientos necesarios: los médicos han declarado de no haber nunca visto un caso de infección a los riñones tan grave. Si Keola no hubiese continuado a lanzar todas aquellas señales de advertencia, la mujer y su niño no habrían logrado seguramente sobrevivir.
Afortunadamente Alhanna ha logrado recuperarse de su embarazo y prosiguió sin posteriores problemas. Lincoln, su pequeño, ha nacido algún tiempo después, incosciente del hecho que no habría sobrevivido sin la ayuda de aquel perro.