Dodger, el perro que se ha vuelto el mejor amigo de todos los ancianos huéspedes de una casa de reposo
La belleza de tener un perro al lado, a menudo, está bien más allá de la simple compañía que estas criaturas pueden regalarnos. Se trata de hecho de animales del todo especial, en grado de llenar nuestras vidas como pocas otras criaturas saben hacer. Y ello es todavía más cierto y maravilloso cuando se trata de perros que desenvuelven, día tras día, una función especial.
Estamos hablando de los amigos de cuatro patas que ayudan a quien se encuentra en dificultad , por ejemplo, dan apoyo a los ancianos en casas de reposo. Dodger es uno de ellos y es exactamente él el protagonista de la historia que queremos contarles. Se trata de un perro de verdad especial, en grado de mejorar en concreto las vidas de las personas que ayuda.
via Metro
Estamos en George Mason Lodge di Leytonstone, una casa de retiro para ancianos que se encuentra en la perifería al este de Londres. Aquí, entre los ancianos huéspedes de la estructura, hay uno muy pero muy particular, convertido en poco tiempo en mascota. Se llama Dodger y es un dulcísimo perro terapéutico en grado de aliviar los tristes y monótonos días de los ancianos que se encuentran en el hogar.
¿Cómo? Simplemente adaptando su maravilloso carácter a cada uno de ellos tomando cuidado de cada simple necesidad de todos, haciendo los días en que se dirige haciéndoles visitas diferentes a los demás, en algún modo únicos y especiales. En un hogar de ancianos, de hecho, es fácil perder la cognición del tiempo y este perro parece exactamente saberlo.
Así, con una enorme habilidad, Dodger juega y hace compañía a los abuelos. Y no se limita a hacerlo en el hogar de ancianos: este perro es también "empleado" en hospitales o situaciones donde hay niños que pueden tener necesidad de él. Obviamente, Dodger ha sido adiestrado para estas tareas, pero su presencia es ya tan importante que el perro parece dar un poco de su amor a cada persona con la cual interactúa, en modo personal y fabuloso.
Si un anciano no está bien, el perro se tira sobre su cama para hacerse acariciar sin esfuerzos; con un abuelito más activo, en cambio, sabe que puede jugar.
En definitiva: un asistente perfecto, que hace a los huéspedes del hogar para ancianos más felices y motivados a levantarse cada mañana e ir adelante, con un poco de felicidad de más y con una sonrisa que solo un perro está en grado de regalarnos.