A menudo las personas que no son felices consigo mismas tienden a ser malas con los demás
A veces, cuando la vida y las circunstancias nos ponen frente a una situación de debilidad o de privaciones de alegría y felicidad, sentimos que se escapan las oportunidades positivas, las cosas hermosas que la vida nos puede ofrecer, la paz y la serenidad, a tal punto que se puede de hecho llegar a volverse malos y envidiosos hacia aquellos que, solo aparentemente, poseen más felicidad que nosotros. El hecho es que este tipo de personas no son verdaderamente malas, son solo menos felices que los demás.
via Psychology Today
Estas personas buscarán siempre de:
- Bajar tu nivel de autoestima: pasar el propio tiempo con personas que parecen tener una vida más satisfactoria y saciada de la tuya puede significar una baja de la autoestima; no es culpa de ellos, sino que tu posición de desventaja los hace un poco odiar.
- Convertirte infeliz como ellos: visto que tu vida no está en el momento satisfactoria, buscarás de todos modos de poner palos en las ruedas incluso a quien en cambio tiene un poco más de suerte respecto a ti. Como se dice: mal común media alegría.
- Ver siempre lo peor en las personas: no hay ninguno para tí capaz de traerte alegría, felicidad o confianza en ti mismo; a tus ojos, todas las personas que te rodean no merecen tu atención exactamente porque son portadores de felicidad que tú al momento no posees.
- Se vengarán de todos: no logras a gestionar tus emociones negativas y entonces tiendes a vengarte sobre todos y por todos, incluso por las cosas más insignificantes; lo importante es que todos estén a tu mismo "nivel".
- Están siempre enojados: muy a menudo, tu rabia es el producto de emociones negativas mal gestionadas e insatisfacciones o frustraciones acumuladas. Incluso si aparentemente parece culpa tuya por tu comportamiento, no lo es.
- Buscan de protegerse: quizás has sido herido en el pasado y entonces para no volver a caer por segunda vez buscas de crear alrededor tuyo un escudo protector contra los peligros de insatisfacciones y de infelicidad.
Pero lamentablemente, la vida no va nunca como uno quisiera y esto vale para todos. De la experiencia, ya sea positiva como negativa, hay entonces que aprender siempre una grandísima lección: solo las personas infelices consigo mismas al final se vuelven malas con los demás. Pero todo sumado no es culpa de ellos.
