Este pobre perro abandonado esperaba a su familia humana todos los días bajo el mismo pórtico
Un perro no debería jamás sufrir la terrible experiencia del abandono. En realidad, ningún tipo de animal o ser viviente sobre esta tierra debería. Pero el problema del abandono de los animales domésticos existe y es siempre más urgente y preocupante. Los perros que son dejados en la calle y frente a los peligros que ello significa, aumentan siempre más en números, así como son más las historias relacionadas a los amigos de cuatro patas que buscan en todos los modos de no querer olvidar la propia familia humana.
Speranza Animal Rescue/Facebook
En Harrisburg en el estado de Pensylvania un pobre perro se merodeaba durante días en los alrededores del pórtico de una familia que se había mudado recientemente; aquello que habían notado los vecinos, antes de llamar a los rescatistas de animales del refugio Speranza Animal Rescue, era justo este perro que exactamente no quería sentir razones: no abandonaba nunca aquel pórtico de aquella casa ya vacía...
Speranza Animal Rescue/Facebook
Cuando los voluntarios de Speranza Animal Rescue se acercaron al perro, que luego se viene a descubrir que se llamaba Cupido, el pequeño de cuatro patas no quería saber nada: continuaba a ladrar y a lamentarse, apoyando sus frenéticas patas sobre la puerta de la casa casi exhortando a los voluntarios en abrirle la puerta y hacerlo entrar. Pero ninguno había respondido desde adentro por días enteros...
Después de momentos de nerviosismo, Cupido de hecho se ha dejado agarrar por los voluntarios y se hizo llevar al refugio. Ahora el perro, finalmente ha encontrado una nueva casa, incluso temporal. Al final, se ha descubierto que el perro había estado muy probablemente y voluntariamente abandonado allí, poco antes que la familia humana se transfiriera desde aquella casa de Harrisburg, en Pensylvania.
Speranza Animal Rescue/Facebook
Pero ahora Cupido, el pobre perro abandonado, tiene todos los cuidados y el afecto que merece en Speranza Animal Rescue, en espera que una nueva familia capte la ocasión y lo adopte con la esperanza que en el nuevo pórtico de su nueva casa pueda encontrar siempre una puerta abierta donde poder entrar, finalmente.