Un perro callejero se une espontáneamente a una maratón: luego de la carrera, los atletas lo ayudan a encontrar una familia

Cuando eres un bellísimo American Staffordshire Terrier y tu patrón te ha abandonado a la deriva, es normal entusiasmarse por una manada de humanos que corren sudados por varios kilómetros. Max es un perro fuerte y lleno de alegría, que no obstante haya sufrido un fuerte trauma a causa del abandono, no ve la hora de interactuar con el género humano, mostrándose siempre alegre y afectuoso frente a todos. Un buen día, se ha encontrado en una larguísima maratón de varios kilómetros y ha decidido de estar al paso de algunos atletas, cruzando la meta final. Cuando llegando de la carrera Charles Akers se ha dado cuenta que el perrito había sido abandonado, ha pensado muy bien en cuidar de él hasta que haya encontrado a su familia.

via Runners World

 Cuando al final de la larga maratón Akers ha notado nuevamente aquel perro lleno de energía, ha entendido que no pertenecía a ninguno y que se trataba de un perro callejero. Inicialmente el hombre ha sido tentado de llamar a la policía local, pero luego ha preferido llamar a su mujer y esperar que llegara para llevar a Max a un veterinario. Akers ha afirmado que el perro ha sido muy obediente durante la espera: respondía a sus órdenes y a todo lo que le pedía.

La esperanza de la pareja era que el perro tuviera un chip. Y por suerte (o desgracia) fue exactamente así.

 Cuando lograron encontrar al patrón de Max, de hecho, quedaron muy mal frente a su respuesta: "déjenlo en la perrera, luego pensaré que hago". Max había sido abandonado. Akers y su mujer tenían ya 3 perros y 1 gato en casa y no podían permitirse de recibir también a Max y así, aunque reacios a la idea, lo han llevado al refugio más cercano, al Wake County Animal Center.

Aquí ha surgido que Max era muy conocido y no era la primera vez que el pobrecito se encontraba en aquella situación.

 Parecía que Max había sido adoptado al menos otras 2 veces, pero inexorablemente terminaba siempre por volver al refugio. Esta vez, sin embargo, los voluntarios del refugio podían contar con el testimonio de Akers y de los otros corredores: Max era un perro adorable, alegre, obediente, perfecto para una familia a la cual le gustara el deporte y sobre todo correr. Ya sea Akers que el resto de los corredores que habían tenido que ver con Max se han esforzado para hacer girar la voz por cuenta del refugio, en modo que Max pudiera encontrar lo antes posible una nueva familia.

  A responder al apelo ha sido la familia de Chad Duffy que, después de haber perdido al propio perro, se sentía pronta para adoptar a otro. El caso ha querido que Max fuera el perro perfecto para ellos: la pareja de hecho, estaba buscando un perro con quien correr (Chad y su mujer son dos grandes atletas) y que fuera al mismo tiempo alegre y dulce con la familia.

 Max, entonces, ha encontrado a la familia justa para él. Hoy es parte de un club de corredores junto a su "papá" Chad.

Una historia con final feliz para un perro adorable que ha tenido solo que ser él mismo para poder hacerse apreciar.