El árbitro mujer recibe insultos machistas de los padres, pero el arquero de 11 años detiene el partido para defenderla
El deporte, en teoría, no debería conocer distinciones de género, incluso todavía hoy el camino hacia la emancipación parece larguísima. Hacerla así es la indiferencia y sobre todo, la ignorancia de muchísimas personas que, en el 2020, incluso sostienen y promueven un cierto tipo de comportamientos basados sobre una presunta superioridad machista. Tomemos el fútbol, por ejemplo: jugar a la pelota es una actividad para todos y el fútbol es un deporte que teóricamente, se dirige a cualquiera, promoviendo incluso valores de indudable importancia como el espíritu de equipo, la solidaridad, la disciplina y la amistad. Es sobre todos estos valores que debería basarse la experiencia de un niño o de una niña que decide de jugar en un equipo de fútbol. Para contrarrestar la ignorancia y la incivilidad de aquellos padres que gritan frases irrepetibles contra los adversarios, o contra el árbitro, cuando van el domingo a ver al propio hijo (rigurosamente varón) jugar a la pelota, necesita hacer palanca sobre generaciones futuras, con la esperanza que un mañana puedan dar una lección de vida a los mismos padres.
via El Comercio
Diego Pablo Hernánzed, el arquero de 11 años del Avilés Satadium, un equipo joven de Asturias, estuvo en grado de dar a todos los padres presentes en el partido, que insultaban al árbitro mujer, una verdadera lección. Estos señores han demostrado, durante los 90 minutos de juego, en tener un evidente problema con el hecho que a dirigir el partido de fútbol ha sido una mujer. Desde los lados laterales de la cancha se habían levantado insultos machistas hacia Ana Lopez, de dicinueve años que dirigía el encuentro, pero el joven arquero no lo ha pensado dos veces en interrumpir el partido para tomar su defensa. "¿No ven que está llorando? ¡Deténganse!" ha comenzado a gritar hacia los "adultos". Luego se dirigió donde estaba la joven y le dijo: "Lo estás haciendo bien".
Es de verdad una tristeza ver como suceden episodios similares en un juego de pelota, donde entre otras cosas, están en medio los niños. Los padres y los adultos que se profesan tales, deben absolutamente aprender a transmitir valores diferentes.