Enseñemos a nuestros hijos a decir gracias, por favor y perdón: de adultos serán mejores personas

por Patricia Zorzenon

21 Febrero 2020

Enseñemos a nuestros hijos a decir gracias, por favor y perdón: de adultos serán mejores personas
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Nunca es demasiado temprano para aprender buenas maneras y educación. Puede parecer obvio, pero detrás de esta frase se esconde un significado muy profundo, útil, esencial, tan actual como siempre. ¿El motivo¡ Basta mirarse alrededor para darse cuenta que las relaciones entre padres y niños (no solo) son lamentablemente más privados de elementos básicos que nunca son dados por obvios.

Veamos entonces porqué es importante enseñar a los mas pequeños, lo más pronto posible, a hacer largo uso de términos como "por favor", "gracias", "buenos días" y "disculpa". No se trata de palabras escritas por casualidad, sino de potentes instrumentos para convertirse en mejores adultos.

via Psychcentral

Catherine Scott/Wikimedia

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Las buenas maneras no tienen nada que ver con la edad. Es más, son valores que irían explicados y comprendidos a los niños desde los primeros años. Se trata de construir para ellos un futuro como adultos gentiles, respetuosos y de suceso, porque en el fondo es exactamento gracias a las buenas maneras que se puede obtener aquello que se quiere, pero sin dañar o abrumar a los otros.

Buscar de hacer entender a nuestros hijos la importancia de estas palabras "mágicas" significa invertir sobre su futuro, dando al mundo la posibilidad de tener una persona en grado de mejorarla. Para esto, el estímulo de los padres es vital, así como la capacidad de los más grandes de hacer concocer el bien y el amor a los más pequeños. Si, desde la más tierna edad, se está rodeado de un clima positivo, asertivo, donde es necesario pedir con gentileza aquello que se quiere, es muy probable que, de adultos, se actúe en consecuencia, recordando estas dinámicas infantiles y familiares.

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Pxfuel

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Los pequeños aprenden de nuestros ejemplos. Si han estado en contacto con los justos modelos, sabrán madurar con la importancia de usar las palabras y las expresiones justas en el momento justo. Los actos de cortesía, después de todo, deberán siempre ser la llave que abre la puerta a las relaciones y no deberían nunca sufrir diferencias de edad, sexo, religión, cultura. Todos, independientemente de aquello que es visible "a simple ojo", merece respeto. 

No resta que poner en práctica estos conceptos, de modo que no queden solo "bellas palabras" sino que carezcan de concreción. Los niños son como una esponja, absorben todo aquello que ven o escuchan: por esto, es un bueno educarlos con el respeto. Ganarán mucho durante la vida, convirtiéndolos en adultos felices.

Pexels

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