Un padre presente y amoroso puede ayudar a su hija a nutrirse de relaciones más sanas y felices con los hombres de sus vidas.
Los padres, para bien o para mal, son las personas más importantes que podamos tener jamás en nuestras vidas. Aunque si quizás con el tiempo que pasa y con la edad que avanza, las relaciones con ellos pueden cambiar, son nuestros padres los que nos trajeron a este mundo, nos educaron, son ellos los que nos han acompañado en nuestros primeros pasos, son ellos dos que en algún modo forjaron lo que somos hoy en día. Pero el vínculo que se crea entre un padre y una hija siempre será especial...
via Journal of Social Sciences and Humanities
Sobre todo en la vida de una hija, la figura del padre puede resultar muy importante, por las siguientes razones:
- El padre es la primer figura masculina que conocen
- El padre es la roca sobre la cual la hija se aferra
- La figura paterna es el primer verdadero amor de una niña
- Si mamá nos protege, nuestro papá nos anima a tomar riesgos
y a mejorarnos nosotros mismos.
Todo esto obviamente no nace por nada, existen significativos estudios por la cual una mujer que ha tenido y que tiene una buena relación con su propio padre tiene también una vida interpersonal más sana y felíz con los elementos masculinos que conoce y frecuenta.
La búsqueda publicada en el Journal of Social Sciences and Humanities afirma que las mujeres que no han tenido o no tienen una relación de afecto o de acercamiento con el propio padre tienden a desarrollar mayormente síntomas como ansiedad y depresión; además, el estudio afirma que tener una excelente relación con el padre, ayuda a la hija en edad adulta a cultivar relaciones más sanas y duraderas con los hombres con los cuales se familiarizará y a forjar una relación amorosa con el futuro marido fuerte y saludable.
En fin, cultivar desde que son niños una buena relación con el propio padre puede resultar una buena inversión a futuro: como decíamos, si una mamá estará siempre a nuestro lado para protegernos y soportarnos hasta en los momentos más difíciles, un padre en cambio estará allí para alimentarnos a mejorar siempre, para cruzar nuestros horizontes, para enseñarnos a mejorar cada vez más. Para nosotras, mujeres, tener una buena relación con nuestro padre es siempre como el primer amor para un hombre: no se olvida jamás facilmente y deja en nosotros marcas, ¡positivas, firmes y duraderas!