Un papá soltero adopta un joven de 11 años, demostrando que una familia no se juzga por el color de la piel
En los Estados Unidos no es muy simple convertirse en padre adoptivo y en general, es todavía menos simple para los niños que aspiran a una vida familiar normal y ser adoptados cuando superan una cierta franja de edad. ¿Quién estaría dispuesto a adoptar un joven de 11 años? Peter Mutabazi no ha tenido alguna duda luego cuando ha estado informado de la historia de Anthony. El joven había sido abandonado por su madre biológica a la edad de 2 años; sucesivamente, había sido adoptado por un familia que, después de casi 10 años, lo ha abandonado en un hospital. Peter, en su vida ha pasado muchas y ha quedado conmocionado frente a esta historia llena de dolor haciendo de todo para adoptar oficialmente a Anthony. Ahora los dos son padre e hijo y como sostienen también las camisetas que a menudo llevan puestas: "¡la familia no es una cuestión de color!", exacto, porque no se necesita "encajar" para ser considerado en una familia.
via Instagram / fosterdadflipper
Peter es un gran hombre y ya grande, pero su infancia no ha sido luminosa como su presente. Nació en un pequeño pueblo al límite entre Rwanda y Uganda, en una familia muy pobre que no podía permitirse comer o beber agua potable. A los 4 años comenzó a ayudar a su mamá a recoger las papas, los porotos y las arvejas que ellos mismos cultivaban. Como si no bastara, el padre de Peter abusaba verbalmente y físicamente de toda la familia, pegándole a la mujer y negando comida a sus propios hijos. Un día, Peter fue a comprarle los cigarrillos, pero en la calle de regreso fue atrapado repentinamente por un temporal y el paquete fue destruído; Peter, que en esa época tenía solo 10 años, sabía que si regresaba a casa sin los cigarrillos habría sido brutalmente castigado por el padre. Ante este ídea, pensó muy bien en escapar y de no volver nunca más con su familia.
Por suerte la vida continúa y Peter ha hecho de todo para procurarse un futuro mejor: ahora vive en Oklahoma (USA) y desde el momento que su casa tiene habitaciones vacías, ha decidido de ofrecerlas, como padre adoptivo, para todos aquellos niños que tienen necesidad. En América, para ser padres adoptivos se necesita superar un test y obtener un carnet. En los últimos 3 años de su vida, Peter ha cuidado, aunque solo por pocos días, por al menos 12 niños. Siendo soltero, puede permitirse de albergar solo 2 a la vez.
Una noche Peter recibe la telefonada de un empleado de servicios sociales que le comunica la llegada de un joven de 11 años para albergar. Peter es desconfiado porque apenas se ha separado de sus dos hermanitos con los que había hecho de padre adoptivo hasta hacía pocos días antes, que ahora, en cambio, se han reunido con sus padres biológicos y no sabe si su corazón podrá afrontar de nuevo un dolor tan grande. Al menos, no pronto.
Finalmente, después de algún tira y afloje, Peter se ha convencido en albergar al joven, "pero solo por el fin de semana". Al comienzo, de hecho, Peter no quería siquiera saber como Anthony había teminado en el sistema de adopción, pero cuando se ha decidido a escuchar su historia, se dio cuenta de ser él la familia de aquel joven.
Anthony había sido abandonado unas 2 veces en su vida y Peter no quería ciertamente ser la enécima desilusión para aquel joven. Sin embargo, al principio, le dice que habría podido llamarlo Señor Peter, pero después de casi 20 minutos Anthony le pregunta si podía llamarlo "papá".
Anthony no tenía otro lugar donde ir, literalmente, y además, no es simple encontrar una familia dispuesta a adoptar a un niño de 11 años. Peter sabía que habría sido él el padre que Anthony no había tenido jamás.
Los dos ahora son oficialmente padre e hijo: dos almas que en el pasado han sufrido mucho y que ahora se han reunido para construir un futuro siempre más luminoso y lleno de amor.
Peter no ha dejado de ocuparse de otros casos y cuando le sucede, alberga otros niños en dificultad por breves períodos.