Corre el riesgo de llegar tarde al baile padre-hija porque el avión está con retraso: los pasajeros lo dejan descender en primer lugar
Por los hijos estamos dispuestos a hacer cualquier cosa - sobre todo cuando son más pequeños, los padres buscan de estar presentes lo más posible, haciendo de cuenta de no perder ningún cumpleaños u otro evento importante. Mike Good es papá de dos bellísimas gemelitas, con el que debería haber compartido un importante paso escolar: el baile "papá-hija". El único problema, es que Mike no se encontraba en la ciudad aquel día y tendría que tomar un vuelo para poder volver a casa y abrazar a su familia. El hombre partió en un vuelo desde Nashville, Tennessee, para llegar a Charlotte, Carolina del Norte (USA), pero el viaje no fue tranquilo y libre de imprevistos como había imaginado.
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Tendría que haber sido un vuelo más bien breve, pero Mike no había hecho los cálculos del terrible pronóstico previsto para esos días. Por causa de una tormenta, el vuelo sufrió un gran retraso, retraso que Mike no podía absolutamente permitirse de acumular, ya que habría seguramente llegado tarde al importante encuentro con sus hijas. La compañía aérea intentó con éxito que el hombre tomara un vuelo con antelación, pero mientras tanto le hicieron perder el lugar original que él había elegido; ahora, Mike debería haberse sentado en el último lugar disponible, justo al final del pasillo, en la cola del avión.
"Estaba seguro que no podía hacerlo. Sabía que me tomarían 30 minutos para bajar del avión y otros 30 para manejar desde el aeropuerto hasta la escuela de mis hijas" contó Mike.
Antes de bajar, Mike intercambió algunas palabras con la azafata, la cual había comprendido la importancia del baile hijas-papá y, de su espontánea voluntad, se hizo cargo de la situación para ayudar al hombre. Una vez aterrizados, la mujer invitó a todos los pasajeros a quedarse en sus lugares, para hacer bajar a Mike antes y que todos los pasajeros pudieran comenzar a recuperar sus equipajes. ¿El motivo? Un importante compromiso padres-hijos en la cual el hombre no podía llegar ciertamente tarde. Todos los pasajeros se hicieron de lado, manteniendo el paso del pasillo libre y aplaudiendo al hombre mientras se apuraba para bajar del avión.
Mike logró no perderse el mágico momento con sus hijas, a pesar de haber llegado con 50 minutos de atraso, y eso es realmente lo que importa.
