Milán, con los hombres encerrados en sus casas, los conejos se vuelven a apropiar de parques y jardines
En cada parte de nuestro país, gracias a la ausencia de los hombres, estamos asistiendo a un fenómeno curioso: los animales y la naturaleza en general parecen apropiarse nuevamente de sus propios espacios, aquellos que nosotros habíamos ocupado con nuestra altísima densidad de población y nuestro tráfico constante.
Y así, en un Milán desierto y silencioso, una ciudadana de nombre Sabrina Baronio ha contado sobre cómo los conejos se han introducido en los parques y en los jardines a pastorear sin ser disturbados, siguiendo adelante con sus vidas y con sus ciclos naturales.
via greenme.it
Como sucedió con los delfines, que se asomaron delante al puerto de Cagliari, o por las aguas de Venecia que se han vuelto limpias a causa del derrumbe del tráfico marítimo, también en Milán la naturaleza ha aprovechado de esta nueva paz.
Los conejos, en particular, han estado siempre presentes, pero en su mayoría vivían escondidos y salían al anochecer o en las primeras horas de la mañana. Ahora, con las personas en cuarentena, la ciudad es casi toda de ellos.
Y siendo primavera los conejos están más activos que nunca: es la estación de la reproducción y también la estación en donde el pasto florece de forma más exhuberante. Si a esto le agregamos la paz total que reina en estos días...para ellos debe ser un verdadero paraíso.
En una Milán casi espeluznante, en donde el silencio se rompe sólo por las ambulancias, la imagen de estos animales felices al pastoreo nos regala una pequeña alegría: la primavera es el momento del renacimiento, apretemos los dientes y lograremos vencer también esta batalla difícil.