Covid-19: dejar los zapatos fuera de casa cuando sea posible es importante para protegernos a nosotros y a los demás
Para afrontar una emergencia sanitaria mundial como la del Coronavirus cada uno de nosotros, hasta con pequeños gestos, puede hacer mucho protegiéndose a sí mismo y a los demás. Las ocasiones para tener contacto con superficies u objetos potencialmente portadores de bacterias y virus no son son pocas en situaciones normales: ni que pensar entonces en un momento de pandemia, en donde combatir un enemigo invisible es difícil pero necesario.
Evitar de salir de casa y mantener las distancias no son las únicas precauciones que hay que tomar. También desinfectar todo aquello que pudo haber tenido contacto con otras personas es importante, en especial cuando quizás volvemos de lugares como supermercados, medios públicos u oficinas. Prendas que, traídas a casa, pueden estar particularmente en riesgo, son los zapatos. Es por eso que es importante sacárselos y dejarlos afuera de nuestras casas de ser posible.
via Huffpost
La suela de un zapato es un terreno particularmente fértil para bacterias, hongos y virus. El Coronavirus no es una excepción y, dada su amplia difusión mediante gotas de saliva, no es excluyente que nuestros zapatos puedan estar infectados, dado que el tiempo de permanencia de las partículas nocivas sobre las superficies está todavia en fase de estudio, es necesario tener presente que se podría acurrucar allí.
Y siendo también zapatos realizados en materiales como la goma, pvc, plástico o piel, los niveles de recepción de las partículas son mucho más altos porque a menudo se trata de superficies que contienen aire, humedad y líquidos.
A la espera de confirmaciones y datos precisos sobre la permanencia del virus en las superficies que nos rodean, es así como, los expertos recomiendan de desinfectar con frecuencia todo aquello que tocamos más a menudo, ovbiamente siguiendo las instrucciones de los productos que utilizamos para evitar intoxicaciones, y, en lo que respecta a los zapatos, de dejarlos afuera de casa o de no caminar en todas las habitaciones donde luego vamos cotidianamente.
En el fondo, basta alguna atención más de lo que hacíamos antes, quizás haciendo gestos que consideramos superfluos o exagerados, para contribuir a nuestra seguridad, así como aquella de nuestros seres queridos y de muchas otras personas.
Felipe Esquivel Reed/Wikimedia
