"No me ha dejado ni siquiera dinero para el pan": el nieto roba más de 2 millones de la cuenta de la abuela de 98 años
Aprovecharse de las personas más débiles es un delito terrible, pero aprovecharse voluntariamente de los ancianos para estafarlos y no dejarles ni siquiera un centavo para llorar es un crimen sin ética y moral. La historia conmovedora de esta abuelita de 98 años en España ha de hecho indignado a muchísimas personas en todo el mundo. El estafador, en este caso, ha sido nada más ni nada menos que el nieto de Maria Diaz Urosa, ahora en graves condiciones económicas.
via Madridiario
Ahora, el abogado de la anciana mujer ha presentado formalmente la denuncia al gobierno de Madrid por la venta de un inmueble del valor de 420.000 euros y por el robo de otros 2 millones de euros. Esta denuncia por apropiación y fraude hacia su nieto, se elevaría a 8 años de cárcel, 2 millones de euros por indemnización y 300.000 euros por daños morales.
El nieto Manuel, luego de enterarse que la abuela se había quedado viuda por segunda vez a la edad de 92 años, se habría acercado a ella en una relación afectiva, convenciéndola con el tiempo a dejarlo que fuera él el único heredero en su testamento. La mujer, convencida de la bondad del nieto, se ha dejado convencer, mientras Manuel comenzaba a realizar transferencias bancarias a su nombre, convirtiéndose en poco tiempo en el único dueño de las cuentas de la abuela.
El imputado, ha luego constituido una sociedad con estas estafas y estos débitos constantes de dinero, una sociedad donde estaba registrada también su abuela, que con el tiempo no ha generado ningún beneficio o actividad, sino una cantidad de recibos de sueldo de hasta 6.000 euros.
El nieto Manuel, según las declaraciones de la abuela de 98 años ahora en bancarrota, ha realizado numerosos viajes a los Estados Unidos junto a un asesor financiero. La mujer ahora, en la espera de la resolución, se encuentra desesperada: "No me ha dejado ni siquiera dinero para comprarme el pan."
Una historia de estafa hacia una anciana, verdaderamente reprochable y vergonzosa. Quizás, señora Maria, ¡sabemos que tarde o temprano esta historia será superada y usted recibirá el dinero de indemnización que le espera!