La joven cajera de un supermercado le paga las compras a un anciano que no tenía suficiente dinero
El brote del Coronavirus en todo el mundo está produciendo efectos desastrosos bastantes parecidos en cada País. A sufrir más de todos las consecuencias son las personas ancianas y aquellos que no logran llegar a fin de mes, porque contaban con una entrada fija que hasta el momento está suspendida a causa del confinamiento. Los supermercados continúan a estar abiertos y a garantizar la asistencia y el abastecimiento de todos los productos, pero en diferentes partes del mundo la disponibilidad de algunos géneros alimenticios escasean, incluso a causa de las compras compulsivas y desconsideradas de muchos ciudadanos "preocupados". A salir perdiendo, son sobre todo los ancianos, los cuales luchan para abastecerse con los productos necesarios e incluso a comprarlos con el poco dinero que les queda. Por suerte, hay todavía quien está en grado de ofrecer gestos de solidaridad y gentileza desinteresada.
via Youtube / WRCB Chattanooga
Es el caso de Elizabeth Taylor, una cajera de 17 años que trabaja en uno de los tantos supermercados activos durante el confinamiento en los Estados Unidos. La joven ha sido aclamada y definida "un ángel" porque ha decidido de pagar el resto de la comida de un señor anciano que, una vez que llegó a la caja, se había dado cuenta que no tenía suficiente dinero. Cuando Elizabeth terminó de registrar cada simple producto, la cuenta montaba a 173$, pero el anciano señor, un hombre llamado Layne McKeel, le faltaban unos 33$ para saldar su compra. La joven no lo pensó dos veces en ofrecer su ayuda al anciano señor.
Una vez que ha visto su deuda, el hombre ha comenzado a elegir los productos para devolverlos al negocio, para poder bajar de precio y estar en grado de saldar su cuenta; Elizabeth, la cajera de 17 años, ha intervenido cuando ha notado no solo el problema del hombre, sino también que su compra estaba constituída totalmente de productos esenciales. "No se preocupe" le dijo al señor McKeel, el cual no ha dejado ni por un momento de agradecerle.
Viendo todas las dificultades de este momento histórico, la joven Elizabeth ha decidido en dar una pequeña ayuda a esta causa, pagando el resto de la compra de un anciano señor en dificultad.