Tres jóvenes ven una anciana señora comer sola, entonces deciden acercarse para hacerle compañía
Lo que más hace falta en estos días de aislamiento forzado es seguramente el contacto humano: hablar e interactuar con otras personas es fundamental, también si creemos de haber nacido para estar bien solos. Un concepto que estaba claro incluso antes del aislamiento social, la soledad es una mala situación y, a menudo, son las personas ancianas a sufrir más las consecuencias. Cuando vemos a una persona comer sola en un restaurante, por lo general, nos identificamos y sentimos un fuerte disgusto al ver una acción tan "social", en soledad. Cuando tres jóvenes han visto a una anciana señora comer sola en un restaurante, decidieron acercarse y preguntarle si quería un poco de compañía. A partir de este simple gesto ha nacido una tierna amistad entre personas pertenecientes a generaciones completamente distantes.
via Youtube / CBS Evening News
Que sea un lugar de comidas rápidas o un restaurante más elegante no importa, el concepto es siempre el mismo: comer solos es triste y no le gusta casi a nadie, especialmente "en público". Cuando Jamario Howard, JyMichol y otro amigo de ellos han visto aquella que parecía una simpática anciana de ochenta años cenar sola junto a su perro, decidieron en dar el primer paso, preguntándole si podían comer juntos. La señora, Eleanor Baker aceptó con buen humor la compañía de estos tres jóvenes.
Eleanor es una señora de 80 años que, desde cuando ha perdido al marido, vive sola con su perrito Rufus. Para ella, por lo tanto, no es tan inusual pedir una comida para una persona. Una noche, sin embargo, tuvo una sensación particular mientras se dirigía al Brad's Bar-B-Que, el restaurante donde cada tanto va a comer para distraerse un poco: "Creo que fue Dios en mandarme allí" dijo la señora.
Seguramente, esa noche sus 3 "ángeles" se presentaron en la mesa para hacerle compañía. Los cuatro juntos transcurrieron una hermosa noche y se mantuvieron en contacto para volver a comer juntos. Jamario Howard, uno de los tres jóvenes, ha pensado que aquella señora podía llegar a ser la abuela de alguno, sino la suya, y decidió acercarse para hablar y para no dejarla sola.
Estos pequeños gestos significan mucho para quien es más anciano o para quien se siente más fragil y solo: basta muy poco para colorear el día de alguien... ¡y aquella persona estará siempre agradecida!