En plena cuarentena, el propietario hecha de la casa a una pareja de ancianos que no podía pagar el alquiler
La situación de enorme dificultad que todo el mundo está atravesando a causa del Coronavirus está dejando detrás de si tantas historias positivas, pero también tanto dolor, además de situaciones en donde las personas arriesgan de verdad en no tener más las fuerzas para seguir adelante. Seguramente, la emergencia y la crisis están poniendo en muestra lo mejor y lo peor de tantas personas: algunas se sacrifican para ayudar a quien tiene necesidad; otras lamentablemente actúan de modo egoísta.
En muchos países quedarse en casa se ha vuelto una necesidad útil, en protegerse y proteger a los demás, pero hay quien no tiene las condiciones justas para hacerlo o de hecho es privado de su casa. A una pareja de ancianos en Colombia le ha sucedido justamente esto, después que el propietario de la casa ha decidido desalojarlos en plena cuarentena.
via Santiago Osorio M./Twitter
Han entendido bien: Patricia Higuera y José Roberto Perez han sido dejados literalmente en la calle por el propietario de casa, han tenido que arreglarse acampando por un tiempo en un parque público de la ciudad de Bogotá, con sus efectos personales. Afortunadamente para ellos, alguno ha tenido el altruismo y el buen corazón de ayudarlos, actuando en primera persona para darle una mano.
Son tantos, en todo el mundo, los propietarios de inmuebles que están ayudando a los inquilinos en dificultad, anulando las mensualidades de alquiler o de hecho comprando bienes de primera neesidad para ellos. El propietario de la casa donde habitaban José y Patricia, sin embargo, no obstante la cuarentena, ha decidido que debían dejar la casa.
Un gesto que definir desconsiderado sería poco, pero que por suerte no ha pasado inadvertido. Algunos vecinos, visto lo que había sucedido, inmediatamente han alertado a las autoridades. Claudia Lopez, intendenta de la capital colombiana, ha intervenido personalmente para ayudar a los inquilinos desalojados.
Patricia y Pedro han sido transferidos a una estructura de alojamiento y la primera ciudadana ha referido de tener la intención en sancionar al propietario de la casa por el grave gesto, puesto en acción en un momento en donde es absolutamente impensable desalojar personas que no pueden pagar el alquiler.
Como muchas otras personas, de hecho, esta pareja de ancianos está pagando por la crisis económica resultado de la pandemia. Por suerte, estos dos ancianos han podido contar con sus vecinos y con instituciones que tomaron cuidado de ellos. No queda que desear que personas egoístas como los propietarios de casa puedan recibir las sanciones que merecen: ninguno, en un momento tan delicado, puede actuar solo pensando en sus beneficios personales.
