Una mujer ofende a la cajera, diciéndole fracasada: el jefe interviene y la aleja del negocio
Quien desenvuelve un trabajo en contacto con el público y con lo clientes sabe bien cuánto a veces, es difícil mantener la calma. En un negocio, en los momentos más caóticos y multitudinarios, se ven de verdad de todo tipo. No es raro encontrar compradores que, perdiendo la paciencia y actuando con (presunta) superioridad, maltratan al personal contratado. Es cierto: se dice que el cliente "siempre tiene razón", pero a menudo es de verdad duro aceptar todo de buen humor de parte de quien en cambio está obligado en hacerlo.
Por suerte, no faltan los jefes y los responsables que a menudo asisten a escenas totalmente negativas que deciden, por amor a la justicia, tomar lugar de los empleados agredidos, exactamente como en el caso de la cajera protagonista de nuestra historia.
Wolfmann/Wikimedia - foto di archivio
Soportar la maleducación de los demás para mantener el propio lugar de trabajo no es seguramente una cosa fácil. Día tras día, para tantos vendedores en el mundo, esta es una verdadera y propia realidad. Una estudiante universitaria que trabaja como cajera en un negocio de electrodomésticos para mantenerse los estudios, ha sentido en su propia piel la impotencia de no poderse defender frente a una mujer que se ha indignado y ha comenzado a ofenderla frente a todos.
El motivo, como a menudo sucede en estos casos, ha sido inútil. La cliente tenía unos cupones con los que intentaba pagar sus compras. Lástima que uno de estos cupones no era más válido al momento de hacer las cuentas, dado que había transcurrido mucho tiempo de su emisión. Por eso la cajera, no logrando validarlo, ha explicado la situación a la señora. Ha sido en ese momento que la mujer ha perdido la paciencia, dando vida a una escena muy arrogante.
Después de haber protestado, sosteniendo que era imposible que el cupón no fuera válido, la mujer ha pedido en alta voz de hablar con el director y le ha susurrado a la pequeña hija, que estaba en la fila junto a ella: "¿viste pequeña? Es por esto que mamá insiste en tus estudios: así no te conviertes en una cajera fracasada como ella", obviamente refiriéndose a la joven.
A ese punto la empleada, justamente indignada y profundamente ofendida, le ha explicado que trabajaba part-time para pagarse los estudios. El jefe, al mismo tiempo, viendo la escena entera , ha decidido intervenir. Quitando los artículos elegidos de la caja, ha invitado a la cliente de retirarse y a no volver hasta que su comportamiento no haya cambiado. "En mi negocio no toleraré que el personal sea ridiculizado y humillado". La mujer, entonces, se ha retirado del negocio, recibiendo un trato seguramente apropiado visto su comportamiento.
Un episodio que demuestra la enorme importancia del respeto, un valor que se debe poner en acción siempre y en cualquier momento, más allá de cualquier diferencia, verdadera o presunta que sea. No resta que felicitar al jefe de esta cajera, que ha demostrado saber que hacer y tener corazón, más que inútiles preconceptos, el bienestar de sus empleados.
