5 reglas de oro para una albahaca siempre verde en casa: una planta aromática rica en sabor, esencial en cada cocina
La albahaca es un clásico de la cocina mediterránea y es una planta aromática apreciada en todo el mundo por su sabor delicado y absolutamente reconocible. Su característico perfume queda perfecto con ingredientes como el tomate y la mozzarella, regalando algo de frescura de verano en cada plato. Seguramente, considerando su amplio uso en la cocina, es una de las plantas aromáticas más apreciadas y consumidas de nuestros tiempos, ¡un buen motivo para tener siempre una provisión fresca en casa! No es tan fácil lograr mantener la frescura de la albahaca: seguramente, en algunos momentos, les ha pasado de verla marchitarse luego de algunos días de haberla comprado. ¡Lo que necesita es un poco de cuidado y algunos pequeños consejos!
Como regarla: hay quien la riega cada día con agua y quien espera que la tierra esté completamente seca antes de darle un poco de agua. Naturalmente se necesita buscar un punto medio y mantener la tierra de la planta siempre húmeda, evitando peligrosos estancamientos de agua. Además, es bueno regar directamente la tierra y no las hojas; de esta manera, evitaremos la posible proliferación de hongos nocivos para nuestra planta.
La justa posición: siendo una planta mediterranea, necesita mucha luz. Posicionarla en el lugar más luminoso de la casa, si desean tenerla adentro. Colocarla en el jardín o en la terraza durante los meses de verano es la mejor elección, porque recibe aire fresco, rayos solares y tiene probablemente más espacio para crecer.
Como plantarla: si has comprado más plantas, es bueno dividirlas y dar a cada una el espacio que necesitan cada una de ellas. Colocar una planta por maceta, considerando que tendrán la necesidad de abundante tierra y espacio para desarrollarse. La tierra que tendremos que utilizar tendrá que ser rica en nutrientes.
Fertelizar: proporcionar a la planta fertilizante líquido orgánico una o dos veces al mes, si la tienen en el exterior, una vez cada 6 semanas será suficiente.
La cosecha: cuando saquemos las hojas de la albahaca no traten de agarrarlas de diferentes ramas, ¡mejor cortar un tallo entero! Eso convertirá a la albahaca más fuerte y su crecimiento más homogéneo. De todas maneras, la poda de tallos enteros consiste en tener bajo control la posible floración de la planta: cuando florece, de hecho, las hojas pierden aquel sabor característico y el perfume típico de la albahaca.
¡Buena suerte con el cultivo de la albahaca!
