Ha pasado toda la vida encadenada y ninguno le ha dado nunca un nombre: ahora se encuentra a salvo y vive feliz con una nueva familia
Un perro no merece absolutamente vivir la mayor parte de su vida encadenado pero, lamentablemente, dueños negligentes y crueles parecen siempre estar a la orden del día. Existen historias de maltratos hacia los animales en cualquier lugar del mundo y hace mal al corazón leer con cuanta crueldad el hombre logra tratar a una criatura inocente, en donde quizás la única culpa es la de haber creído estar en las manos de una familia amorosa. Maria es una perra que transcurrió la mayor parte de su vida encadenada y que, a decir verdad, ni siquiera ha tenido un nombre para poder ser llamada. Por suerte, en su camino se ha encontrado con Viktor Larkhill y su fundación "Let's Adopt!", que se encarga en rescatar perros y encontrarles hogar.
Su lugar en el mundo parecía ser encadenada, a dos pasos de la puerta de entrada de la casa de su familia, una puerta que ¡no se le ha permitido jamás cruzar! La pobre perra permaneció toda su vida encadenada, en la espera de recibir solamente un poco de amor. La negligencia de sus dueños ha permitido que, con el paso del tiempo, le haya crecido un tumor en la espalda; era evidente que a esa perra le hacían falta atenciones médicas urgentes, pero nadie de su familia jamás movió un dedo para llevarla al veterinario.
El hecho que no le hayan dado ni siquiera un nombre, dice mucho que tipo de personas "acudían" a esta pobre perra. Cuidar, de hecho, no es ciertamente el término justo para definir la manera innoble en como era tratada: su recipiente de agua estaba vacio la mayoria de las veces y nadie sabía con certeza cual había sido su última comida.
Por suerte Maria, como ha sido llamada luego por personas más amables, ha sido salvada por Viktor, el cual no podía creer lo que veía: el lugar en donde María vivía estaba extremadamente sucio, lleno de cosas viejas y basura para tirar.
Una vez llevada al veterinario, Maria ha podido recibir las atenciones médicas necesarias; su tumor ha sido extraido y la operación ha sido un éxito. Además de todo esto, la pobre perra a comenzado a comprender lo que significa recibir el afecto de una familia amorosa.
Hoy María está muy feliz con su nueva familia y es libre de correr por donde quiera. Es evidente que para ella comenzó una nueva fantástica vida.
