Durante la pandemia una maestra cose 23 hermosas muñecas que representan a sus alumnos

por Patricia Zorzenon

24 Mayo 2020

Durante la pandemia una maestra cose 23 hermosas muñecas que representan a sus alumnos
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Desde cuando ha estallado la pandemia de Coronavirus, en muchísimos países del mundo los hábitos de cada uno han cambiado de manera firme e inesperada. Los estudiantes, en particular, se han encontrado de un día para el otro en relacionarse con docentes y compañeros de clase desde casa, a través de una pantalla. Luego de semanas transcurridas de esta manera, es inevitable que se sienta esta ausencia, no sólo por parte de los alumnos, sino también de los maestros.

Lo sabe bien también Ingeborg, la maestra holandesa protagonista de nuestra historia que, para sentirse más cerca de sus pequeños estudiantes y para compartir con ellos un momento agradable, ha decidido en poner manos a la obra y preparar una hermosa sorpresa para regalar a cada uno de ellos.

via The Brussels Times

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La mujer le enseña a 23 niños de la ciudad de Haarlem, en los Países Bajos. Se trata de una de aquellas personas que se han dedicado literalmente una vida en enseñar, y viven su trabajo como si fuera una misión. Es obvio, entonces, que en la difícil situación que el mundo está atraversando una maestra haya sentido la necesidad de reestablecer un contacto con sus alumnos que va más allá de la simple rutina escolar a distancia.

Así, y siendo una apasionada del tejido, Ingeborg ha decido de poner en práctica sus habilidades y cosió 23 pequeños muñecos personalizados: 23, justo como la cantidad de sus alumnos, que tomaron la "forma" en las creaciones de la maestra. Y, para hacerlo, no ha dejado nada de lado. Cada "alumno" tejido tiene todo lo que lo caracteriza, desde los anteojos hasta las pecas, y también por la típica manera de vestir.

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Luego de haberle dedicado muchas horas a la realización de este particular proyecto, ha podido finalmente mostrarles los muñecos tejidos a sus alumnos y a los padres. El efecto obtenido ha ido más allá de cualquier expectativa, dado que las creaciones de Ingeborg han tenido un gran éxito. Faltaba solo algo, que los pequeños estudiantes le han hecho notar: una muñeca de la maestra. Dicho esto, hecho: la maestra se ha puesto a trabajar y, en poco tiempo, ha completado toda su "clase" tejida a mano.

Sin dar los nombres, Inge ha dejado que fueran los estudiantes en reconocer cada muñeco, y los detalles eran tan precisos que ninguno se equivocó. Un gesto realmente encantador, que muestra, en el mejor de los casos, todo el apego que una maestra pueda tener hacia su clase, incluso y sobre todo en los momentos más duros.

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