A este perro le hace falta mucho jugar con los niños del vecindario que pasa todo el tiempo mirándolos desde el balcón

por Patricia Zorzenon

28 Mayo 2020

A este perro le hace falta mucho jugar con los niños del vecindario que pasa todo el tiempo mirándolos desde el balcón
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También los perros sufren las consecuencias negativas del confinamiento general, sobre todo cuando muchos aspectos de su cotidianidad y sociabilidad se pausan temporaneamente para permanecer en seguridad en sus hogares, evitando así contagios de Covid-19 y garantizando el distanciamiento social. La misma cosa vale también para Big Poppa, un perro realmente tierno que se ha visto obligado de un día para el otro en tener que mirar a sus amigos de juego desde su balcón.

via Atlanteats

Rae Ellis/Twitter

Rae Ellis/Twitter

Si, porque Big Poppa amaba infinitamente el momento de la tarde del paseo fuera de la casa con Rae Ellis, su patrona humana, cuando juntos bajaban al patio del condominio y Big Poppa jugaba sin parar con los niños del vecindario, que a menudo se encontraban allí por las tardes con una pelota o con el skateboard...

Pero, con las imprevistas medidas restrictivas del confinamiento, el contacto cercano entre Rae y las demás personas ha sido bruscamente interrumpido, así como los encuentros por las tardes con los niños juguetones del condominio...

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Rae Ellis/Twitter

Rae Ellis/Twitter

Para Big Poppa, este momento ha sido realmente triste, dado que la patrona ha publicado sobre su perfil de Twitter fotos conmovedoras de su perrito asomado en el balcón de su casa con una mirada realmente deprimida...Big Poppa de hecho no podía bajar al patio a jugar con sus amigos preferidos, al menos por un tiempo...

Rae se ha dado cuenta rápidamente del estado de ánimo de su perro, y no pudo hacer otra cosa de inmortalizar el disgusto de su hijo de cuatro patas...pero por suerte, Big Poppa no está nunca realmente solo.

Rae Ellis/Twitter

Rae Ellis/Twitter

Los niños que jugaban en el patio con la pelota y con el skateboard se han dado cuenta con el pasar de los días que el perro los miraba desde lo alto de su balcón más bien desconsolado, y ahora cada vez que lo ven con su mirada triste lo saludan y le gritan alto: "¡Hola, Big Poppa!", y el perro ¡cobra vida rápidamente con una felicidad incontenible!

Una pequeña alegría para este dulce perro en busca de diversión con sus amigos preferidos: no temas Big Poppa, pronto llegará el momento en donde podrás nuevamente a bajar al patio con Rae Ellis ¡y sentirte otra vez libre!

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