Un papá dolido comparte sus pensamientos sobre el suicidio del hijo de 12 años: es culpa del aislamiento
La epidemia de Coronavirus ha cambiado los hábitos de muchos, influyendo no solo sobre lo cotidiano de las personas que físicamente se han encontrado a no poder salir más de sus casas, sino también a nivel mental. La salud mental es, lamentablemente, todavía considerada como un argumento tabú o, sin embargo, a menudo no se lo toma en serio como en cambio lo son los malestares físicos. La cuarentena y el aislamiento continuo, que erróneamente continuamos llamándolo "distanciamiento social", han llevado a muchas personas a la desesperación y a la depresión de muchas personas y no todas han encontrado la fuerza para afrontarlas. Un joven de 12 años se ha quitado la vida unos días antes de su cumpleaños, luego de un largo periodo de aislamiento forzado por el Covid-19. Su papá, un hombre destruido, quizo compartir algunos pensamientos sobre la muerte del hijo.
En un video que rompe el corazón, Brad Hunstable, el papá de Hayden, habla de su dolor y comparte algunos pensamientos sobre la prematura muerte del hijo de 12 años. "Mi hijo ha muerto por el Coronavirus" dice en el video, "pero no en el sentido que se imaginan". El joven de 12 años Hayden se ha quitado la vida ahorcándose en su habitación, ha sido su hermana más pequeña en encontrarlo y en darle la noticia al padre, el cual no se esperaba jamás una desgracia de este tipo. La historia detrás de este gesto tan extremo podía quizás esconder algún indicio de inestabilidad emocional del joven, pero nada que podía sugerir algo como esto.
Hayden era uno de los que hoy definimos "gamer", osea jóvenes que aman jugar con la computadora y que son muy buenos en hacerlo. Hayden tenia quizás algun problema en el control de sus emociones y, en un momento de extremo enojo, lanzó el control con el que estaba jugando contra la pantalla que los padres le habian regalado para Navidad.
Su padre sabía que aquella reacción no podía ser aceptada, entonces, luego de algunas explicaciones, le dijo a su hijo que no le compraría un monitor nuevo, pero que él tendría que trabajar más en las tareas de la casa o en mejorar la relación con su hermana menor, para ganarse una nueva pantalla. Y así hizo, ganándose nuevamente la confianza del padre obtuvo un monitor nuevo para jugar con su videojuego preferido. Luego de su muerte, la familia ha descubierto que el joven había roto también el segundo monitor, quizás en otro ataque de furia. Según Brad su hijo no mostraba ningún síntoma de depresión, o al menos externamente y sostiene que probablemente estaría aún vivo si no hubiese sido por esta pandemia que lo ha obligado a permanecer en su casa por tanto tiempo de aislamiento.
La verdad no la sabremos jamás, pero seguramente el dolor es muy grande.