Una anciana no logra cocinar y pide ayuda: 2 policías llegan y le preparan la cena
La mujer anciana pensaba que quizás podía arreglarse sola: cuando la cuidadora mandada por el hijo no se presentó, ella misma le dijo a su hijo que no se preocupe y que ahorre ese dinero para ir a visitarla. La señora debe haber cambiado de idea cuando, lamentablemente, se dió cuenta que no era autosuficiente. Se sentía muy cansada y le dolía el brazo, con esos dolores no hubiera podido cocinar. Entonces, muy sinceramente, la mujer llamó a la Policía, pidiendo ayuda. En la Central, el jefe de la policía ha tranquilizado a la anciana y envió rápidamente a dos policías para que controlen la situación.
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Cuando Antonio y Giuseppe, los nombres de los dos policías italianos, llegaron a la casa de la anciana no recibieron respuesta del timbre, entonces se hicieron abrir por una vecina. Una vez que llegaron al pasillo, los dos se dieron cuenta que la puerta de la mujer estaba entreabierta, entonces entraron llamando su nombre. No tardó en llegar la respuesta de la mujer, que no ha podido contener su alegría: los dos policías la encontraron acostada en la cama y, juntos, la ayudaron a sentarse sobre una silla en la cocina. Habiendo entendido la situación, los policías se arremangaron y comenzaron a cocinar algo para la mujer anciana: en cuestión de minutos un buen plato de ravioles con salsa de tomate estaba listo para la señora con hambre.
Un gesto de gran humanidad que seguramente fue más allá de sus deberes, pero que concretamente ha ayudado a una señora sola en dificultades, y esto es lo que cuenta.