Una gatita callejera con una rara enfermedad en las patas es salvada y aprende a caminar sola
Hay personas que harían verdaderamente de todo para dar una mano a quien se encuentra en dificultad. Y no estamos hablando de seres humanos, sino también y sobre todo de animales. No todos los perros y los gatos, en lo específico, nacen y crecen con la suerte de poder contar con un techo, una familia y buenas condiciones de salud.
Así ha estado también para la gatita protagonista de la historia que estamos por contarles. Una perrita callejera que ha aprendido desde temprana edad a hacer las cuentas con una mala salud, afectada por una rara patología que ha alcanzado a sus patitas. Por suerte, por su camino ha encontrado personas generosas que le han regalado una verdadera y propia segunda posibilidad de vida.
Estamos en California, y la gatita de la cual queremos hablarles se llama Melody. Cuando ha sido encontrada, sus patitas delanteras estaban en tal condición que parecían practicamente "separadas" a los lados: para caminar, la pobre gatita tenía casi que arrastrarse hacia adelante.
A quitarla del camino y a darle todos los cuidados que necesitaba han sido los voluntarios del grupo Love Your Feral Felines. Advertidos del hallazgo, de inmediato han tomado a la gatita, constatando, después de los debidos controles, que estaba afectada con el conocido "síndrome del cachorro nadador". Se trata de una anomalía del desarrollo que afecta justamente las patas delanteras, que resultan más abiertas de lo normal y haciendo prácticamente imposible el caminar.
Inútil decir que, para una callejera como Melody, una patología de ese estilo habría podido ser fatal. No caminar significa no poderse procurar comida, ni poder escapar de eventuales situaciones de peligro. Los jóvenes de la asociación, incluso, han decidido de dedicar todos sus esfuerzos para hacer de modo que la gatita pudiera vivir una existencia normal como los demás. Por suerte, el síndrome de la cual sufría pudo ser corregida con reeducación, efectuada a una temprana edad, cuando las articulaciones están todavía en etapa de desarrollo.
Los veterinarios que la han curado con vendas especiales, listones y ejercicios realizados día a día, han logrado poner de pie a Melody. La rehabilitación ha sido larga y dura, pero la gatita lentamente lo ha logrado, incluso gracias a otro gatito del centro de recuperación, llamado Paco, al que se lo ha puesto al lado durante el largo proceso del tratamiento. Al final, la venda para tener las patitas en la posición correcta no ha sido más necesaria y Melody ha caminado sola. Finalmente puede disfrutarse la vida, con el afecto y los cuidados que una voluntaria de la estructura Heather, y su hija, han decidido darle, llevándola a casa con ellas. Una hermosa historia de compasión y altruísmo, que logra dar a todos confianza y esperanza.
