Los vecinos llaman a la policía al sentir a 2 ancianos que lloran: los agentes llegan y les preparan la cena
La soledad que los ancianos pueden sentir día tras día es un problema de verdad grande y presente un poco en cualquier lugar del mundo. La tercera edad, además de los problemas de salud más frecuentes y acentuados, puede traer consigo incluso depresión, tristeza y sensación de abandono.
Situaciones de ese tipo están con frecuencia alrededor nuestro, más a menudo de cuanto pensamos. Y no es raro que mujeres y hombres lleguen a sentirse tan solos y de llamar la atención sobre ellos a los demás en verdaderos y propios pedidos de ayuda. Saben algo de esto Jole y Michele, una pareja de cónyuges italianos de 89 y 94 años respectivamente. Solos en casa, cansados y entristecidos por la habitua deprimente rutina, han recibido las atenciones de cuatro "cocineros" de verdad particulares.
via CNN
Policía y fuerzas del orden tuvieron que servir e incluso consolar a los ciudadanos en dificultad, asistiéndolos en sus necesidades. Un concepto que los cuatro policías italianos, interviniendo para ayudar a Jole y Michele, han conprendido a la perfección. Los dos ancianos, desesperados por sus condiciones de soledad y por la enésima noche transcurrida como tantas otras, se han puesto a llorar y a gritar, llamando la atención de los vecinos de casa.
Sollozos, gritos y llantos eran tan fuertes que las personas que vivían alrededor de ellos han pensado en una pelea o una violencia, alertando a la policía. Llegados al lugar, sin embargo, los agentes no han encontrado nada de todo ello, sino marido y mujer que, entristecidos y afligidos, han relatado a los policías su situación, convertida ya en algo insostenible. Así, después de haber llamado a la ambulancia para verificar que las condiciones de salud de los dos cónyuges estuvieran bien, los cuatro policías han decidido de remangarse las mangas y serles útil en un modo de verdad conmovedor.
Se pusieron frente a las hornallas de la cocina y han preparado la cena a Jole y Michele: un plato de spaghetti, manteca, queso y una agradabla charla y los malos humores de los dos ancianos, al menos por una noche, han encontrado un poco de paz. Con los policías cuidando de ellos, la soledad ha sido derrotada, con la esperanza que los dos cónyuges no se encuentren más viviendo situaciones tan tristes. Seguramente, estos policías han ido incluso más allá de su deber, dejando una señal del todo positiva por aquello que han hecho.