El marido dejaba bebidas frescas en la calle para los recolectores de basura: cuando muere, la mujer lleva adelante su generosidad
Cuando nos falta una persona de buen corazón, la pérdida no es solamente para sus seres queridos, sino para enteras comunidades. Hay mujeres y hombres, de hecho, que con sus acciones cotidianas logran hacer el bien y se hacen recordar de las maneras más lindas, a pesar de que se van antes de tiempo, cuando nadie se lo espera.
Si pensamos un segundo, quizás casi todos hemos conocido gente así. Uno de ellos era también Charlie, un hombre que, en Nueva Jersey, murió a la corta edad de 57 años, dejando un vacío incolmable en la mujer Velvet, y no sólo en ella. El motivo no es difícil de intuir, dado su carácter y los gestos de los cual era protagonista. Actos de generosidad que su mujer decidió "heredar", conservándolos y llevándolos adelante.
via northjersey.com
En su comunidad, Charlie era conocido por todos por su disponibilidad y amabilidad: estaba siempre listo a ayudar de quien tuviera necesidad de algo, sin distinciones. Como profesión era barman, y para sus clientes era una verdadera institución. Cuando llegaba el verano y el calor se hacía cada vez más sofocante, no perdía la ocasión para ayudar incluso hasta los perfectos desconocidos. Los recolectores de basura que pasaban frente a su casa, en este caso, cansados, acalorados y débiles, han sido testigos de sus atenciones.
Notando sus condiciones, no perdió un momento, fue corriendo a su casa y les trajo vasos y una jarra de agua fresca, calmándoles la sed y haciéndolos sentar por un momento en un rincón con sombra. Al día siguiente, consciente que los recolectores de basura pasarían nuevamente, les dejó una heladera portatil en la calle: dentro había hielo, agua, bebidas frías y hasta abundante comida.
El episodio pronto dió la vuelta en el vecindario y muchas personas, de trabajos cansadores, sabían que podían detenerse y refrescarse gracias a la bondad de Charlie. Todo terminó cuando el hombre, lamentablemente, murió de manera imprevista de un infarto. En su lugar, sin embargo, la mujer Velvet decidió honorar su memoria llevando adelante lo que hacía. Así, cuando la estación de calor llegó nuevamente, no pudo hacer menos que dejarles a los recolectores de basura y otros trabajadores agua fría en la heladera portatil. Sobre el objeto ha dejado también una nota en donde contaba el fallecimiento de su marido.
El gesto generoso y de buen corazón hizo que se hablara tanto de él que en muchos otros centros habitados, han aparecido casi como por arte de magia muchas heladeras similares a las que había puesto a disposición Charlie. Que decir: las tradiciones, especialmente lindas como esta, van respetadas, y Velvet supo a la perfección como hacerlo. ¡Felicitaciones a este matrimonio y a quien sigue sus pasos: el mundo tiene realmente la necesidad de gestos de altruismo como este!
