Una joven llora de alegría cuando los padres adoptan su perro preferido del refugio de la cual es voluntaria
Halle Fuqua es una de las tantas jovencitas que desde la más temprana edad le pedía a los padres el permiso de poder tener un perro. Mamá y papá, sin embargo, le han respondido siempre que antes de tener un perro habría tenido que terminar sus estudios y que le habrían regalado un perro "para Navidad" solo una vez que haya terminado la escuela. Hallee, sin embargo, debía rendirse a la idea de tener un perro en tiempos breves y en alternativa, comenzó a hacer voluntariado en un refugio (Humane Society of Stillwater) en donde poder tener experiencia y obtener la compañía de perros. ¡Sus padres, de hecho, han sido de verdad de palabra!
Halle, quizás, ni siquiera se esperaba más nada, cuando abrió la puerta de su casa y ha visto a su padre agachado mientras tenía tranquilo un perro ha estallado en lágrimas. Aquel perro no era un perro cualquiera, más bien era SU PERRO: cuando hacía voluntariado en la perrera, Rambo, el perro labrador color chocolate que ahora estaba entre los brazos de su padre, era su "preferido". Rambo había sido salvado de la calle y ya en el refugio era increíble la unión que se había creado con Halle.
Los padres de la joven estaban perfectamente al tanto de la unión especial que se había creado entre su hija y este perro en particular, y sabían también que Halle no habría podido esperar de terminar el colegio. Aunque Navidad parecía demasiado lejana para poder esperar de reunir a aquel perro con su patrona "natural", por eso los padres han decidido de hacerle un regalo anticipado.
La reacción de Halle es verdaderamente impagable: llora de alegría mientras abraza a su amigo de cuatro patas, Rambo, ¡muy contento de volverla a ver!
